De toda la vida, verano y viajes en coche es sinónimo de innumerables bichos estampados en el parachoques y en la luna delantera. Sin embargo, ¿no te has dado cuenta que cada vez hay menos insectos muertos sobre el coche? Eso es lo que comúnmente ha empezado a llamarse “el fenómeno del parabrisas”, y hay diversos factores que han influido para llegar a él, como veremos en las próximas líneas.
Porque lo que parecía en primera instancia una percepción subjetiva ha sido objeto de varios estudios. ¿La aerodinámica de los coches modernos hace que se estrellen menos insectos en el parabrisas o es que, simplemente, su población está disminuyendo en terreno europeo? Jason Weintraub, director de la colección de entomología de la Academia de las Ciencias Naturales de la Universidadde Drexel, explica qué factores inciden en el número de insectos que chocan contra el frontal del coche.
“Básicamente, depende de la ruta por dónde conduzcas (si, por ejemplo, en ella hay hábitats de insectos voladores), la época del año (porque la cantidad de insectos disminuye en invierno y aumenta en el verano, principios del otoño y finales de la primavera), factores atmosféricos (las lluvias y el viento tienen una gran incidencia) y la hora del día (al atardecer hay más y por la noche buscan la luz de los faros, con las luces largas es más probable que se interpongan en el camino de un automóvil)”.
También “hay ‘combinaciones explosivas’ de estos elementos, por ejemplo, cuando se pasa por el hábitat de una especie en la época de apareamiento o de migraciones”. Para Weintraub, “el tipo de vehículo y la velocidad a la que circula también son factores determinantes. Es menos probable que los insectos golpeen el parabrisas cuando un vehículo viaja más lento por la física del flujo de aire de alrededor: o terminan atrapados en dicho flujo o volando por encima del coche. Las formas de la parte delantera del vehículo también influyen”.
John Rawlins, que es director de Zoología de Invertebrados en el Museo Carnegie de Historia Natural de Pittsburgh (Pensilvania, EE. UU.) también sugiere que los cambios en los diseños de los automóviles y sus formas más aerodinámicas puede explicar, en parte, la menor cantidad de insectos que se estrellan contra nuestro compañero de viajes. Tan solo tienes que echar un vistazo a la evolución de las líneas de la industria automotriz actual, acorde a los tiempos que corren de eficiencia aerodinámica para mejorar el consumo.
Por otro lado, no hay precisamente demasiados estudios sobre la población de insectos no carismáticos, es decir, aquellos que no llaman la atención a la población. Pero los que se han realizado muestran un alarmante descenso. La Sociedad Entomológica de Krefeld ha medido la cantidad de insectos en más de 100 reservas naturales de Europa occidental, usando la misma metodología, en los últimos 40 años. En 2017 publicaron un estudio histórico que describe una disminución de más del 75 % de la biomasa total en ese periodo.
En 2019 se publicó otro estudio, realizado en Dinamarca entre 1997 y 2017, que buscó analizar la disminución de insectos utilizando los parabrisas de vehículos como método de control. Se registraron descensos entre el 80 y el 97 % en varias de las secciones del trayecto recorrido por los automóviles tratados. En este estudio, el efecto del tipo de coche sobre la abundancia de insectos muertos en el parabrisas no alcanzó relevancia estadística. Los diseñadores, quienes se dedican a invertir miles de horas, no estarán muy contentos.
Otra investigación, que se está realizando en el Reino Unido analizando las placas de matrícula de los coches, ha revelado que los impactos habían disminuido un 50 % respecto a los datos de hace 15 años, pasando de 0,2 impactos por milla (1,6 kilómetros) a 0,1. En esa investigación se han incluido también vehículos clásicos, para ver si su forma menos aerodinámica era un factor determinante. Por el momento, no se han reflejado diferencias muy significativas con respecto a los coches modernos.
¿Qué puedo hacer para mantener mi parabrisas libre de insectos?
En cualquier caso, aunque haya menos insectos pululando por ahí, estos siguen impactando en nuestros coches. Eso hace que esté sucio, lo que deriva en una falta de visibilidad a través del parabrisas y, consecuentemente, en una conducción peligrosa; al fin y al cabo, un parachoques que esté limpio o sucio no supone un peligro para la seguridad vial. Y sabemos que es difícil de narices limpiar bien los cristales del coche. Por eso te recomendamos lo siguiente:
- Llevar lleno el depósito de líquido limpiaparabrisas, para usarlos con frecuencia (nunca con el sol de cara) y no dejar que los cadáveres de los insectos se sequen y acumulen sobre el cristal.
- Aplicar un tratamiento antilluvia, que además de mejorar la visibilidad en condiciones de lluvia hace que los insectos se “deslicen” contra el cristal y sea mucho más sencillo retirarlos de ahí.
- Usar productos específicos para tal fin y dejarlos actuar el tiempo necesario antes de comenzar a limpiar. Recomendamos encarecidamente no aplicar dichos productos bajo el sol directo.
- Usar agua templada con jabón para ablandarlos, y luego agua a presión para retirarlos (para el parachoques y el capó, un desengrasante casero típico es una solución muy efectiva, siempre enjuagando el producto con agua a presión)
- Limpiar el parabrisas con un cepillo de cerdas suaves o un paño de microfibra con el que se pueda ejercer presión sin dañar el cristal. En las zonas más difíciles se puede usar un poco de bicarbonato de sodio en un trapo.
Fuente: Carglass