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Luis Blázquez

Las luces del coche alumbran poco, ¿por qué?

La conducción nocturna es intrínsecamente más peligrosa que los viajes diurnos. A pesar de la luz artificial ofrecida por las farolas y los faros del coche, la oscuridad puede ocultar peligros en la vía, como peatones y criaturas nocturnas. Y conducir después de la puesta del sol se vuelve aún más desafiante cuando los faros del coche alumbran poco. Si percibes que las luces se atenúan repentinamente o que el brillo fluctúa, hay un problema.

El objetivo de los faros del coche es, por obviedad, ayudarnos a ver el camino en condiciones de poca visibilidad o durante la noche. Sin embargo, también nos permiten ser vistos por otros conductores como una señal de alerta, razón por la que de día se tienen que llevar las diurnas. Es por eso que debemos mantener siempre en óptimas condiciones su estado, comprobar que iluminen correctamente, y sobre todo, que funcionen siempre que los necesitemos.

Conceptos básicos de los faros

Debido a que estarás acostumbrado a cambiar las bombillas dentro de la casa cuando dejan de emitir luz, puedes asumir que la misma solución funcionará en el coche. Cambiar las bombillas de los faros delanteros puede resolver el problema, sí, pero ¿debería de ser el primer paso que debas tomar? Hay una variedad de problemas que pueden hacer que los faros no alumbren lo suficiente, y comprender cómo funcionan los faros ayuda a entender las razones mejor.

Los faros de un coche funcionan con la batería del mismo cuando este está apagado. Después de encenderlo, el propulsor empieza a proporcionar energía para todos los sistemas eléctricos, incluida la carga de la batería. El alternador lleva energía desde el motor a los componentes eléctricos del vehículo. Los faros están conectados al bloque a través de un mazo de cables y conectados a tierra al chasis. No puede haber interrupción del flujo en este circuito eléctrico.

De hecho, cualquier falla puede hacer que las luces se atenúen o se apaguen por completo. Es importante tener en cuenta que las bombillas de los faros suelen estar encendidas o apagadas, no a medio camino. Si todavía están bien, deberían iluminarse por completo. Si se rompen, no brillarán en absoluto. Si los tuyos ofrecer un haz de luz pobre, es posible que no sean la fuente de tu problema. Deberás buscar en otro lugar la causa subyacente de dicho problema. Ahora bien, ¿por qué podría motivar un bajo alumbramiento? Continúa leyendo para averiguarlo.

¿Por qué pueden alumbrar poco los faros?

Carcasa exterior gastada

Los faros modernos tienen una cubierta de plástico transparente sobre los faros para proteger las bombillas (o diodos LED) de daños. Con el tiempo, este plástico puede volverse amarillento con la exposición a la luz solar. Las piedrecitas, la suciedad y otros escombros de la carretera pueden rayar la superficie del plástico y hacer que parezca blanco o turbio. Esta decoloración oscurece la lente e inhibe el paso de la luz, o lo que es lo mismo, los pilotos pueden alumbrar poco, aunque estén funcionando correctamente.

A menudo, puedes extender la vida útil de la carcasa utilizando un kit de restauración de faros en una tienda de bricolaje, que pule las imperfecciones para devolver el plástico a su condición transparente. Muchos talleres de reparación de automóviles ofrecen servicios de restauración de faros para aquellos que quieren evitar los proyectos de bricolaje. Ten en cuenta que el beneficio de pulir un faro es temporal, y es probable que sea necesario reemplazarlos en el futuro.

Bombilla descolorida

La mayoría de los faros de coche, de fábrica, vienen con bombillas halógenas. Con el tiempo, el gas que hay dentro de estas crea gradualmente una película dentro del vidrio. Si las bombillas de los faros delanteros se ven oscuras, es probable que se haya acumulado gas en el interior de ella, lo que impide que se escape la luz. Desafortunadamente, la única forma de solucionar este problema es reemplazar las bombillas, algo que puede resultar muy económico y sencillo en un vehículo entrado en años, pero caro y tedioso en uno de última hornada.

Fallo en el cableado eléctrico

El cable que conecta los faros al chasis es vital. Este cable de toma a tierra es parte del circuito que permite que la electricidad fluya hacia ellos, proporcionando energía. Si el cable se daña o se inhibe por la suciedad o corrosión, la electricidad no puede fluir libremente. Por lo tanto, los faros recibirán menos energía y brillarán con menos intensidad. El flujo de electricidad puede cortarse por completo, provocando que los faros se apaguen, aunque todavía estén en buenas condiciones de funcionamiento.

Resolver este problema implica reemplazar el cable de tierra. El cable no es una pieza costosa, pero tu mecánico preferido tardará algún tiempo en reemplazarlo. La mayor parte del coste de esta reparación será la mano de obra, no las piezas.

Alternador averiado

Un alternador en funcionamiento no solo es el responsable de mantener el brillo adecuado de los faros, sino que proporciona la energía eléctrica pertinente a todas las funciones del coche. La dirección asistida, los limpiaparabrisas, la radio, los elevalunas eléctricos y los instrumentos del salpicadero necesitan electricidad para funcionar. El alternador recibe energía del motor y la convierte en electricidad utilizable para alimentar todos estos diferentes componentes.

Cuando el alternador falla, deja de suministrar energía. Cuando llega ese momento, la batería debe cubrir las necesidades eléctricas de todo el vehículo, pero estas no están diseñadas para proporcionar tanta energía. Eso deriva en que las necesidades del coche agotarán rápidamente la batería dejándote varado al costado de la carretera. ¿Cómo puedes saber si el alternador está funcionando? Presta atención a las luces delanteras al arrancar, no deben atenuarse ni oscilar en su haz al primer contacto. Si lo hacen (o percibes otros de estos síntomas), mal.

Corea del alternador gastada

Unos faros que parecen atenuarse en intervalos aleatorios pueden indicar que sea necesario cambiar la correa del alternador. Esta correa se conecta a una polea que integra el alternador al motor. Si la correa es vieja y está gastada, puede tanto deslizar como agarrar. En el primer caso, los faros pierden potencia, lo que hace que alumbren poco. Cuando la correa agarra la polea nuevamente, los faros reciben más potencia y se vuelven más brillantes. Estas correas se desgastan, y un mecánico puede verificar su estado y hacer las reparaciones necesarias.

Altura de los faros incorrecta

Es probable que el alcance del haz de luz de los faros sea muy reducido porque apuntan contra el suelo. En caso contrario, si están muy altos, el resto de conductores te darán ráfagas cuando las lleves puestas. En este caso, si tu coche tiene faros halógenos, cabe la posibilidad de que la regulación en altura del faro no sea correcta, mientras que los de xenón y de LED incluyen una regulación automática de altura.

La solución es adaptar la altura de los faros a la carga que transporte el vehículo. Por lo general todos los modelos incluyen un mando en el salpicadero que permite regular la altura de los faros, habitualmente en un dial con un marcaje del 0 al 3. Lo “normal” es elegir la posición “0” cuando sólo los asientos delanteros estén ocupados, la “1” cuando estén todos los asientos ocupados, la “2” con pasajeros en todas las plazas y carga en el maletero, y la “3” solo cuando circule el conductor y el maletero esté completamente cargado.

Desafortunadamente, unos faros que alumbran de forma escasa no son un problema que la mayoría de los conductores noten hasta que los necesitan. Conducir de noche con poco más que la luz de un par de linternas puede ser realmente peligroso. Si tus faros no brillan como deberían, es hora de investigar a los sospechosos habituales, identificar al culpable y solucionar el problema.

Fuente: Autofácil, Puro Motores

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