Se tiende a pensar que los neumáticos de invierno están diseñados específicamente para circular en condiciones de nieve extrema. Sin embargo, realmente son neumáticos para circular con frío, pues su rendimiento es mejor que cualquier otro tipo de calzado sobre cualquier superficie cuya temperatura sea cercana a los cero grados centígrados, cifra que fácilmente encontramos en los inviernos peninsulares.
Ojo. No confundas los neumáticos de invierno con los dedicados a nieve con clavos. Los primeros no tienen los tacos de metal que sobresalen de la banda de rodadura, que proporcionan tracción en condiciones de hielo. Están fabricados de compuestos de caucho especializados con patrones particulares en la banda que brindan una mejor tracción en más tipos de condiciones donde el clima es frío. Piensa en los países del Norte de Europa. En ellos, los conductores circulan con estos neumáticos sin tener que preocuparse de sí se van a quedar atascados.
¿Qué hace a los neumáticos de invierno especiales?
Hay diversos factores que diferencian a los neu
Materiales y el diseño de la banda de rodadura
El caucho que se utiliza en los neumáticos de invierno necesita temperaturas frías para funcionar al máximo. La mayoría de los fabricantes emplea sílice en el compuesto porque ayuda a que el caucho permanezca flexible (en lugar de endurecerse) cuando las temperaturas caen por debajo de los 7 °C.
Asimismo, el diseño de la banda de rodadura presenta unos surcos profundos para obtener mejor tracción sobre la nieve. El patrón tiene más entalladuras, que suelen ser más anchos y numerosos que en los neumáticos todo tiempo y de verano.
Resistencia a las bajas temperaturas
La principal característica que define a los neumáticos de invierno es su capacidad para resistir a las bajas temperaturas. Por su concepción, el caucho de un neumático tiende a endurecerse, perdiendo así sus propiedades de agarre. Si se someten a temperaturas muy bajas y uso intenso, llegan a agrietarse y hasta puede desaparecer parte de su banda de rodadura.
Sin embargo, en los neumáticos de invierno, la mezcla de goma que utilizan hace que el caucho sea mucho más flexible, permitiendo que resistan más y mantengan sus propiedades en bajas temperaturas.
Agarre y manejo con nieve
Además del compuesto, lo que hace que estos neumáticos funcionen correctamente en nieve o hielo es el gran número de ranuras o microsurcos que tienen en la banda de rodadura. En el caso de algunos neumáticos, pueden llegan a ser hasta 2.500 microsurcos.
El funcionamiento de estos es sencillo: unos inciden sobre otros, estimulando que se vayan abriendo y deshaciendo la nieve, consiguiendo así un mejor agarre a la hora de afrontar superficies realmente deslizantes. En este caso, recuerda arrancar en la relación de cambio más larga posible y jugar con el embrague.
Menor distancia de frenado
Los neumáticos marcados para invierno resisten mejor las deformaciones gracias a las coronas y bloques de hombro. Esto se traduce en una mejora de las fuerzas de frenado y un mejor agarre, reduciendo así la distancia hasta detenerse.
Una goma de invierno consigue reducir la distancia de frenado de hecho en hasta 5 metros en una superficie mojada a velocidades de entre 90 y 120 km/h, y hasta 11 m en superficies nevadas a 30 km/h en comparación con neumáticos de verano. Eso sí, cuando la profundidad del dibujo es inferior a los 4 mm, hay que cambiarlos.
Resistencia al aquaplanning
En estos neumáticos, los surcos y las ranuras son hidrodinámicos, es decir, son más profundos y están especialmente diseñados para favorecer la evacuación de agua. Esto permite mejorar la tracción incluso con la nieve derretida. Hay que tener en cuenta que, si hay poca cantidad de agua o nieve sobre el asfalto, los neumáticos serán capaces de desalojarla y no habrá problemas. Donde hay que estar más atentos es a esas balsas y placas que se forman sobre la carretera, y la velocidad a la que se circula, pues cuanto más rápido se vaya, menos tiempo hay para evacuar.
¿Son los neumáticos de invierno la única alternativa para el frío?
Por último, pero no menos importante, decir que en España estamos acostumbrados a inviernos “suaves” en la mayor parte de la península. Eso quiere decir que los neumáticos de invierno no son los únicos apropiados para conducir bajo las condiciones de frío y nieve. Los neumáticos todo tiempo (All Season), aunque no se consideren puramente de invierno, están desarrollados para ofrecer buenas prestaciones en bajas temperaturas, dado que cuentan con el pictograma de la montaña de tres picos con un copo de nieve que les habilita para tal fin.
En resumidas cuentas, podemos decir que neumáticos de invierno son aquellos que ofrecen un comportamiento óptimo por debajo de 7 °C. De igual manera, están preparados para propiciar una mejor tracción, agarre, frenado, maniobrabilidad y resistencia al aquaplaning. Todos están marcados con la denominación M+S (Mud and Snow; barro y nieve) y con el pictograma de una montaña de tres picoscon un copo de nieve en su interior. Y si no eres un habitual de zonas donde caigan muchas nevadas, un juego de gomas todo tiempo puede ser una gran alternativa.
Fuente: Goodyear