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Airstream Globetrotter 1950 – 1
Luis Ramos Penabad

Si no es la caravana más cara del mundo, poco le falta

¿Pagarías 104.896 euros por una caravana? Sin coche para remolcarla. Pues alguien lo hizo el pasado 2 de juliom en la subasta Le Mans Classic organizada por Artcurial. Esperaban obtener entre 63.300 y 105.500 euros por ella y, como ves la caravana Airstream Globetrotter se movió cerca de los máximos.

¿Qué la hace tan especial?  Para empezar, es antigua, de la década de 1950. Y, además de estar en perfecto estado de conservación, es bastante especial, ya que es una de las siete unidades fabricadas con esta especificación. Su último dueño, el pintor oficial de las 24 Horas de Le Mans, François Bruère, que tuvo a la Airstream Globetrotter durante una década y corrió muchas aventuras remolcándola tras su Cadillac en Francia, en ocasiones al Circuito de la Sarthe para ver las carreras de Le Mans.

Las Airstream son, posiblemente, las caravanas más icónicas del mundo, conocidas por sus relucientes carrocerías de aleación de aluminio y su larga historia. La empresa fue fundada por Wally Byam en 1931, pero su primer remolque de viaje lo había fabricado dos años antes, en 1929 sobre un chasis del Ford Model T, con una línea similar a una tienda de campaña. Había estado experimentando diseñando caravanas como aficionado, pero sus diseños habían llamado tanto la atención que la gente comenzó a pedir que los construyese por encargo.

Las primeras caravanas Airstream se fabricaron con Masonite (un tipo de tablero de fibras de madera) en el patio trasero de Byam. Poco después Hawley Bowlus (diseñador del Spirit of St. Louis, el avión con el que Charles Lindbergh cruzó el Atlántico en solitario sin escalas), desarrolló un remolque de viaje monocasco de aluminio, revolucionó la industria… y Wally Byam hizo lo mismo, copiando esas formas aerodinámicas, con un exterior de aleación pulida.

No fue el único. Hubo cientos de empresas que se pusieron a fabricar remolques de viaje, pero Airstream fue de las pocas en reiniciar la producción tras la Segunda Guerra Mundial. Entonces se convirtió en una marca conocida en Estados Unidos y sus caravanas acabaron en manos de muchas familias, que las usaba como casas móviles de vacaciones.

También de la NASA. Y es que la agencia espacial empleó Airstreams durante décadas cada vez que ponía en cuarentena a los astronautas que regresaban del espacio, para asegurarse de que no tuvieran patógenos inusuales.

De las múltiples configuraciones existentes, esta Airstream Globetrotter es una de las siete unidades que se fabricaron con esta configuración. Tiene tres ventanas delanteras y traseras, con mosquiteros en lugar de ventanales, y el interior se ha mantenido cuidadosamente en las condiciones originales de su época.

Obviamente, se realizaron mejoras. Se han cambiado juntas, se ha pulido la carrocería, se ha rehecho el suelo, se ha restaurado el interior (conservando el mobiliario de época) y dispone de horno, cocinas de gas, campana extractora, fregadero y frigorífico en perfecto uso. El banco de herradura se puede convertir rápidamente en una cama doble y el comedor delantero se puede instalar en el interior o al aire libre, según convenga.

¿Una locura pagar más de 100.000 euros por ella? Quizá… ojalá el nuevo dueño siga disfrutándola como el anterior. No es algo para usar a diario, desde luego, pero mejor que esa icónica silueta siga viéndose por la carretera y no sea una mera inversión especulativa… y es que se rumorea que esta unidad del Airstream Globetrotter fue propiedad de un actor de Hollywood, que lo usaba los fines de semana en el desierto de California.

Fuente: Artcurial

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