A finales de los años 60 y comienzos de los 70, el mundo del diseño automotriz fue testigo de una revolución estética conocida como el Wedge Design, caracterizado por líneas angulares y formas aerodinámicas que nos recuerdan a los coches hiper futuristas que podíamos ver en Blade Runner, Robocop o Minority Report.
Líneas directas y rectas avanzaron lo que sería la tendencia de los 80 con un estilo que hoy podemos decir que es retro-futurista, pero que en 1976, y de la mano de Bertone supuso el límite de la exploración futurista en el diseño de conceptos y one-offs.
Entre los exponentes de esta corriente, está el coche que nos compete hoy: el Alfa Romeo Navajo de Bertone. Este se alza como un concept car visionario que llevó la tendencia a un límite futurista. Inspirado por los icónicos Alfa Romeo 33 Stradale y Carabo, el Navajo redefine la idea del coche deportivo italiano a través de su diseño audaz y elementos vanguardistas.
La inspiración
Nos remontamos unos años antes del Navajo para entender ciertos aspectos. Hablamos del legado del Alfa Romeo 33 Stradale, ese biplaza con motor central-trasero y tracción trasera fabricado en una limitada tirada de 18 unidades entre 1967 y 1969. El Stradale marcó una pauta indeleble en el mundo de los deportivos. Su diseño, a cargo de Franco Scaglione, fusionó elegancia y rendimiento, estableciendo un precedente de belleza atemporal.
Este modelo se convirtió en la fuente de inspiración para el Alfa Romeo Navajo. Pero no fue lo único que inspiró a Bertone. Además, el Alfa Romeo Carabo, concebido en 1968 por el influyente diseñador Marcelo Gandini (director en ese momento de la firma de Bertone), presentaba líneas afiladas y puertas de apertura al estilo guillotina o tijera (que inspiraron al Lambo Countach), características que posteriormente se reflejarían en el Navajo.
El prototipo fue diseñado en diez semanas, y solo se construyó un ejemplar que se conserva en el Museo Storico Alfa Romeo de Arese y marcó el inicio de una era de exploración estética en la industria, anticipando la llegada de diseños revolucionarios.
El diseño exterior del Navajo
El Alfa Romeo Navajo, se presentó en sociedad en el Salón del Automóvil de Ginebra en 1976, dejó una impresión indeleble con su estética avanzada. Su diseño exterior era un alarde de líneas angulares y formas aerodinámicas que lo situaban en un futuro imaginado.
Los faros emergían desde los laterales del paragolpes delantero, creando una apariencia única pero reduciendo la aerodinámica por la noche. No se puede tener todo.
Siguiendo con esta parte frontal, el afilado diseño se compensaba con un spoiler delantero que se autoajustan electrónicamente en función de la velocidad, una mejora que hoy en día y en según que coches necesitamos para sortear badenes, Bertone decidió incluirla como adelanto a su tiempo.
La visión lateral destacaba por una similitud a un coche familiar estilo shooting brake y si estas viendo cierto parecido con el Citröen BX no te extrañes porque Gandini lo diseñó también años más tarde. En creatividad, todo sirve y se reutiliza.
Su silueta en forma de cuña, característica de este Wedge Design, daba lugar a un tremendo alerón trasero que se extendía sobre la luneta trasera. Como detalles de genio, dos aletas se levantaban paralelas al pilar C que ascendían hacia el cielo sobre los pasos de rueda traseros para acoger al gran alerón, que también era autoajustable y que nos recuerda sin quererlo al diseño del Ferrari F40.
El diseño de las ruedas semicarenadas, al estilo «bertoniano», completaba la visión de este concept car. Toda la carrocería estaba compuesta de fibra de vidrio dotando al Alfa Romeo Navajo de un peso total de 870 kilos.
El Navajo por dentro
El interior del Alfa Romeo Navajo seguía la filosofía de peso ligero y diseño funcional. Los asientos, fabricados en fibra de vidrio, se encontraban dispuestos cercanos entre sí, priorizando la simplicidad y la funcionalidad. La cabina, aunque austera en diseño, expresaba una visión futurista coherente con el exterior del vehículo. Destacaba la disposición del volante de un solo brazo, una característica distintiva que acentuaba la singularidad del Navajo.
Gandini apostó por reducir los elementos y las distracciones para mantener el peso del Alfa Romeo Navajo lo más bajo posible. Los asientos también estaban elaborados en fibra de vidrio y, hablando de los pasajeros, el acceso al habitáculo se ideó alargando el chasis tubular del Alfa 33 Stradale para dotar de mayor confort general al habitáculo.
Choca ver como una apariencia tan estrambótica por fuera recurre a elementos más tradicionales en el interior, sobre todo por el volante, el cuadro de relojes y el salpicadero en general que si nos recuerdan a coches más ochenteros.
Rendimiento
El Alfa Romeo Navajo albergaba el espíritu deportivo de su inspiración, el Alfa Romeo 33 Stradale. Su motorización, aunque menos potente, seguía el enfoque de rendimiento. Un V8 de 2.0 litros generaba 230 CV a 8800 rpm, transmitiendo su potencia a través de una caja de cambios de seis velocidades.
Su peso ligero, alrededor de 870 kilos, contribuía a unas prestaciones notables y a una experiencia de conducción emocionante ya que piloto y copiloto manejaban y disfrutaban muy cerca del motor situado en la parte trasera del habitáculo.
El par máximo se alcanzaba a las 7.000 vueltas llegando a los 183 Nm si jugabas los suficiente con la susodicha caja de cambios. Otra de las grandes técnicas aplicadas en el grupo de transmisión fue la inyección electrónica SPICA aplicada en el colector de admisión.
Un concepto que desatascó el Wedge design
Como cierre, diremos que Alfa Romeo Navajo se erige como un hito en la evolución del diseño. Inspirado por los legendarios Alfa Romeo 33 Stradale y Carabo, este concept car de Bertone llevó el Wedge Design a nuevas alturas de innovación y lo más importante, llegó a Ginebra con sello propio y desatascando los últimos diseños «Wedge» con frescura e inspiración para los años 80.
Su silueta aerodinámica, líneas angulares y soluciones vanguardistas lo convirtieron en un referente visual. Aunque nunca llegó a la producción en serie, el Alfa Romeo Navajo sigue siendo un recordatorio de que la exploración estética y la creatividad son necesarias en unos diseños cada vez más similares.
Fuente: Alfa Romeo
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