André Gustave Citroën nació el 5 de febrero de 1878 en París y fue un ingeniero francés, fundador de la marca de automóviles Citroën. Fue el primer gran industrial en Europa en emplear un sistema de producción en cadena.
Hijo del diamantista Lévie Citroën y de Masza Amelia Kleinman, en 1883, cuando tan sólo tenía cinco años, queda huérfano de padre (tras suicidarse este), y comienza a trabajar en el negocio familiar ayudando a su madre. Antes de cumplir los 10 años, Citroën, descubre las grandes obras de Julio Verne que le inspirarían posteriormente en gran parte de su vida y que le llevarían a cruzar varias veces el desierto del Sáhara o a descubrir Asia.
En 1889, la construcción de la Torre Eiffel para la Exposición Universal de París, unido a un gran interés por los desafíos industriales, le llevarían a querer hacerse ingeniero. Así, en el año 1900 se graduó en l’École Polytechnique, la escuela más prestigiosa de ingeniería francesa, que destaca de entre todos los estudiantes.
Unos años más tarde, durante un viaje a Polonia, vio el procedimiento de talla de engranajes en forma de chevrón o doble flecha (símbolo que utilizaría posteriormente en todos sus coches) y en seguida se da cuenta de que si consigue traspasarlo al acero, podría llegar a ser un negocio muy rentable, por lo que decide invertir todos sus ahorros y adquirir la patente.
En 1906 es nombrado director general de la prestigiosa compañía Automóviles Mors -conocida por haber batido el récord de velocidad a principios de siglo-. André Citroën rápidamente toma el mando reorganizando los talleres y actualizando su gestión, y en menos de diez años consigue duplicar la producción anual de esta compañía.
De los engranajes a la fabricación de armamento
En 1912 crea la Sociedad de Engranajes Citroën Hinstin y Cie, –creada para fabricar engranajes de espigas en V- y que se convertiría después en la Sociedad Anónima de Engranajes Citroën, dedicada a la fabricación de automóviles. Ese mismo año, en un viaje a Estados Unidos visita la fábrica de Henry Ford en Detroit y queda admirado por el modelo de producción en serie del Modelo T, que permitía una mayor eficiencia y rapidez en la fabricación de los vehículos. Este sistema le serviría años más tarde como fuente de inspiración cuando dé el salto a la fabricación masiva de coches.
En mayo de 1914, se casa con Georgina Bingen y justo dos meses más tarde estalla la Primera Guerra Mundial. Citroën entonces es mandado al frente como capitán del ejército, pero manteniendo intacta su audacia y anticipación, propone al ministro de Guerra liderar una moderna fábrica basada en el modelo de producción en serie de Ford, donde pasaría a fabricar 23 millones de obuses a razón de 10.000 al día, cifras inéditas y nunca vistas para esa época. En 1918, el gobierno francés le encarga reorganizar el abastecimiento de la industria armamentística, los servicios postales militares y la distribución del racionamiento del pan.
El nacimiento de Citroën y su primer coche
Tras el fin de la guerra, en 1919, André Citroën reconvierte su fábrica de armamento en una completa y moderna industria de fabricación de automóviles, con el objetivo de popularizar el automóvil y convertirlo en un objeto cotidiano, ya que por aquel entonces sólo las familias más acomodadas podían tener uno. Acababa de nacer la compañía Citroën.
De esta forma, y gracias a la producción en serie que permitía fabricar automóviles más baratos, con mayor rapidez y en mayores cantidades, surge el primer modelo de la marca: el Citroën Type A 10 HP, bajo la idea de «El primer coche europeo producido en serie». La fabricación de este coche dobló la producción de Peugeot y Renault juntas y, además, tenía un precio excepcionalmente más bajo.
Citroën siempre fue un hombre muy ingenioso e innovador y sabía que sus coches debían estar siempre a la última y en una constante evolución.Así, tras un nuevo viaje a Estados Unidos, Andre cambia las antiguas carrocerías de madera por las de acero. Unos años más tarde, en 1931, introduce el motor flotante que reducía considerablemente las vibraciones del automóvil, mientras que en 1934 fue el primer gran constructor en ofrecer un coche con ruedas delanteras motrices, el Traction Avant.
Un hombre de negocios para todo el mundo
Siempre pensando en los negocios, Citroën creó también los primeros vehículos comerciales ligeros y los mixtos de doble uso, trabajo y ocio, además de abrir una compañía de taxis, una línea de autobuses, una compañía aseguradora de automóviles e, incluso, creó una fábrica de coches en miniatura y de juguetes para niños.
Su claridad de visión y sus ideas innovadoras le llevan a realizar acciones espectaculares y poco o nada frecuentes para esa época como escribir el nombre de Citroën en el cielo de París con un avión o recubrir la Torre Eiffel con más de 250.000 bombillas
André Citroën siempre decía que el progreso industrial debía ir acompañado deavances sociales. Así, por ejemplo, para los obreros creó en sus fábricas instalaciones sanitarias (gratuitas para todo el mundo) y sociales como: una guardería con pediatra, una sala de lactancia, una sala de ocio y descanso, un gimnasio, un comedor…
Además, fue el primer industrial en pagar una paga extra a sus empleados y por primera vez en Europa, organiza grupos de trabajo especiales para minusválidos. En el caso de las mujeres trabajadoras, si se quedaban embarazadas recibían una ayuda por nacimiento, una ayuda mensual durante los primeros años de vida de los niños y un mes pagado de convalecencia.
Llegan los problemas de endeudamiento
A principios de los años 30 Citroën ya era conocido en todo el mundo y había cumplido su sueño de ser un «conquistador industrial». Sin embargo, los problemas financieros debido a las grandes inversiones que tuvo que realizar, le llevaron a tener que vender parte de sus fábricas a los hermanos Michelín.
El 3 de julio de 1935, André Citroën, ese hombre que visitaba casi a diario sus talleres, saludaba por su nombre a sus trabajadores y siempre tenía una palabra amable para todo el mundo, muere tras enfermar de cáncer de estómago y dedicar toda una vida al mundo del motor.
En 1976, Peugeot adquiere el 90 % del capital de Citroën a Michelin integrándose desde entonces en el recién creado grupo PSA Peugeot Citroën. A pesar de ello, lejos de caer en el olvido, sus innovaciones han dejado un legado que aún perdura en el automovilismo.