«Fabricado en Inglaterra por Aston Martin», son palabras que inmediatamente te elevan el pulso cardíaco. Y es que detrás hay una sabiduría a la hora de imaginar coches extraordinarios pero sobretodo porque los hacen como pocos. Con potencia y refinamiento a partes iguales.
Sólo falta echar un vistazo a algunos de los modelos más deseados por los aficionados (y los que no lo son tanto) englobados en las famosas iniciales de David Brown.
El DB4 GT, es obviamente uno de ellos. Una joya del motor que no sólo sobrevive al paso del tiempo, sino que además revive con su paso. Presentado por primera vez en octubre de 1959 en el Salón del Automóvil de Londres, se ganó rápidamente el afecto de los conductores que se lo llevaban a la ciudad y al circuito a partes iguales. Con resultados memorables comos los conseguidos en las 24 Horas de Le Mans.
La estratégica construcción de su carrocería mediante el método de «Superleggera» por parte de los carroceros italianos de mismo nombre, le daba una agilidad excepcional que acabaría heredando su sucesor en la familia, el DB5.
Del DB4 GT, se fabricaron únicamente 75 unidades desde 1959 hasta 1963. Todos en la mítica factoría de Newport Pagnell. Lugar que hoy acoge la división de Aston Martin Works, enclave que resguarda el patrimonio de la marca y encargado de la minuciosa restauración de sus modelos.
Y sin embargo esta introducción no es un punto final en la historia del DB4 GT sino justamente un punto y seguido.
Andy Palmer, Presidente y CEO de Aston Martin Lagonda presentaba a finales de 2016 el proyecto DB4 GT Continuation. La resurrección del icono a modo de edición limitada a 25 unidades una a una creada en la misma fábrica que le vió nacer. Efectivamente, Newport Pagnell.
Cada DB4 GT, lleva encima alrededor de 4.500 horas de trabajo artesanal para retomar el modelo original. Adaptado eso sí, a las especificaciones concretas según el cliente. Así mismo, con unas mejoras en seguridad que no interfieren en el espíritu con el que fue creado en su día.
Lo que es igual a las venticinco unidades, es un motor de 3.7 litros y seis cilindros que resultan en una potencia de 340 CV enviados al eje trasero mediante trasmisión manual de cuatro velocidades. Todo ello originando un peso total de 1227 kg. Para la marca ha significado ser el Aston Martin más ligero a la venta.
Con la excepción, claro está, de que su venta ha sido limitada a unos clientes muy exclusivos de la marca que podrían haber desembolsado entorno a los 2 millones de dólares (1.621.849 euros al cambio).
A finales del año pasado y principios de este, se fueron entregando a cada propietario su unidad correspondiente. Para el resto de mortales y aficionados de las alas de Aston Martin nos queda simplemente alucinar con las imágenes que la propia marca reveló con su conducción en el circuito de pruebas de Milbrook. Suscitando la duda de si este es sólo el comienzo de una serie de proyectos con los que resurgir a los iconos de la marca.
Fuente: Aston Martin Works