Y es que no podemos hacer otra cosa que soñar… a no ser que a algún sesudo alemán se le crucen los cables y dé el visto bueno para su salida a la luz. Pero mucho nos tememos que eso no va a suceder. ¿Os imagináis lo que puede hacer este auténtico “Grupo B” por una carretera de montaña llena de curvas?
Lamentablemente se trata “sólo” de un ejercicio de estilo para conmemorar el 30 aniversario del festival Wörthersee (el mayor encuentro de fans de las marcas Audi, SEAT, Skoda y Volkswagen) que tendrá lugar entre el 1 y el 4 de junio, en la ciudad austriaca de Reifnitz.
El corazón de la “bestia” es el mismo propulsor que montan tanto el Audi TT RS como el RS 3 Sportback, aunque convenientemente optimizado para alcanzar unas cifras espectaculares. Como sabréis es un cinco cilindros de 2.5 litros, dotado de turbo e inyección directa de gasolina. La potencia final obtenida es de 503 CV y el par máximo de 660 Nm. Las cifras de aceleración no le andan a la zaga, siendo capaz de acelerar desde parado hasta los 100 km/h en apenas 3,7 segundos, o de llegar a los 200 km/h en 10,9 segundos. La velocidad máxima, como suele ser habitual en los fabricantes germanos está autolimitada a 250 km/h. ¿Hasta dónde llegaría si no fuera así?
Pero, no sólo se ha optimizado el motor. Igual de importante ha sido la cura de adelgazamiento a que ha sido sometido, con un peso final de tan sólo 1.390 kg. Por supuesto, como es norma en la casa, el enorme potencial del motor se transmite al suelo a través de la tracción integral permanente quattro, y de un cambio manual de seis relaciones.
Adicionalmente, el tren rodante también está a la altura de las circunstancias, en el eje delantero, se montan unos sobredimensionados discos de freno cerámicos, reforzados con fibra de carbono y perforados, con pinzas de seis pistones, mientras que en el eje trasero se “conforma” con unos discos de acero. La suspensión, por su parte, dispone de amortiguadores regulables en altura y dureza.
Y, por supuesto, en una preparación de este tipo la estética resulta fundamental. Todo él ha sido convenientemente “hormonado”, desde el paragolpes delantero, con enormes tomas de aire para refrigerar el apretado motor, hasta el ensanchamiento de las aletas de ambos ejes. También se ha modificado el parachoques trasero que, en su parte inferior, dispone de un enorme difusor, tan en boga últimamente.
Pero lo que más llama nuestra atención del aspecto externo es el diseño de las llantas, que se asimilan a las turbinas de un avión a reacción, los escapes laterales y, sobre todo, el enorme alerón trasero, al estilo de los WRC (¿os acordáis del Escort Cosworth?). Este último elemento proporciona la necesaria carga aerodinámica en el tren trasero.
¿Y el interior? Bueno, aquí también se han realizado numerosas modificaciones, eliminando de raíz todo aquello que no fuera necesario, con el fin de obtener la máxima eficacia (recordemos la excelente cifra obtenida en la báscula), con numerosos paneles realizados en fibra de carbono o en plástico reforzado con este material. Asientos de competición, cinturones de arnés o tiradores de tela, contribuyen también a sentirnos como Walter Röhrl en el Rallye de Montecarlo. Por supuesto, se han eliminado los asientos traseros y, en su lugar, dispondremos de una ubicación específica para nuestros cascos. Sólo faltan unas barras antivuelco y un comisario realizando la cuenta regresiva para la salida…
Una última sorpresa: podremos disfrutar virtualmente del Audi A1 clubsport quattro a través del Need for Speed World, el juego de carreras online y gratuito de EA Sports, donde estará disponible gratuitamente para todos los jugadores, entre el 1 y el 4 de junio.
En fin, como dice el titular, seguiremos soñando…
Por cierto aquí tenéis el vídeo de como se construyó el prototipo (Project W11), al estilo de los mejores programas de «tuning» que podemos ver en Discovery Channel:
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No os perdáis la extensa galería que acompaña el artículo: