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Ford Model T caravana 1904 – 1
Luis Ramos Penabad

Esta es la autocaravana más antigua del mundo y está en venta

Esta que ves en las imágenes presume de ser la autocaravana más antigua del mundo (a motor). Se fabricó a medida antes del comienzo de la Primera Guerra Mundial, en 1914, para una familia británica acaudalada y su base era el chasis del Ford Model T. Ahora se subasta y piensan que alcanzará un precio de entre 23.500 y 35.000 euros.

¿Pero es esta la autocarvana más antigua, la primera autocaravana de la historia? Tras realizar una búsqueda por Internet hemos visto que no hay unanimidad sobre cuál fue la primera casa rodante motorizada. Eso sí, la primera de producción fue, casi con seguridad, el modelo Touring Landau ofrecido por Pierce-Arrow Motor Car Company en 1910. Esta era una autocaravana con todas las de la ley, con baño a bordo y gran espacio de almacenamiento. Viajar con ella, en un mundo sin apenas carreteras asfaltadas, tenía que ser una aventura.

De la Touring Landau se fabricaron en Buffalo (Nueva York, EE.UU.) 1.250 unidades entre 1910 y 1918, de las que 14 sobreviven hoy en día. El auge de estos vehículos en realidad comenzó en 1915  con la Gypsy Van, un vehículo con la que la familia Conklin viajó de Nueva York a San Francisco (construido por la empresa del cabeza de familia) y sus andanzas fueron cubiertas por los periódicos estadounidenses de la época, incluso el New York Times.

Entre la Pierce-Arrow Touring Landau de 1910 y la Gypsy Van de 1915, surge esta autocaravana, que mandó construir un miembro la familia Bentall, fundadores de la cadena británica de grandes almacenes Bentalls. Se amplió y reforzó el chasis de escalera de acero del Ford Model T y luego Dunton of Reading, empresa conocida por sus tradicionales caravanas de viajeros, construyó a medida la carrocería de la caravana y la completó en 1914.

El Ford Model T se había lanzado apenas seis años antes, en 1906 y la revolución automotriz estaba todavái arrancando en el mundo. El coche estaba propulsado por un motor de cuatro cilindros en línea de 2.9 litros de cubicaje que producía 20 CV, lo que le daba al coche una velocidad máxima de 72 km/h, aunque la velocidad de crucero que podía sostener no era tan alta… y menos aún con el peso adicional que suponía sostener esa casa.

Los primeros años de vida de esta inusual casa rodante son desconocidos.No fua hasta 1970 cuando Leo Smith la redescubrió y se puso a restaurarla con un ebanista llamado Robin Tanner. Gracias a su trabajo podemos ver una carrocería que imita a los vagones de ferrocarril coetáneos, algo más pequeña, desde luego. Está fabricado en madera casi por completo, con accesorios de la época.

En el interior hay espacio para dormir cuatro personas, con una cama doble y dos literas individuales superiores. Llama la atención la estufa de leña, que además de servir como calefacción sirve como cocina. No falta una mesa plegable, un taburete de cuero adicional, espacio en el armario e incluso una ranura para recibir correo. El asiento del conductor es un lujoso sofá de cuero con asientos para dos, que se puede girar 180º para que funcione como sofá principal en la sala de estar.

El vehículo acabó de restaurarse en 1976, cuando se inscribió en la HCVC London-Brighton Run, donde ganó siete premios, incluido el concurso. Desde entonces no ha faltado en rallies de clásicos y espectáculos de vehículos históricos. Será algo que su próximo dueño podrá seguir haciendo, siempre que gane la subasta del día 10 de septiembre donde se espera que alcance un precio de entre 23.500 y 35.000 euros. ¿Pujará alguien por ella?

Fuente: Bonhams

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