La semana pasada tanto Uber como Cabify anunciaron que dejaban de operar en Barcelona. La huelga protagonizada por los taxistas surgió efecto y el abandono de la ciudad condal fue el resultado de ésta.
Uber decidió adoptar esta medida ante el decreto aprobado por la Generalitat que obligaba a las plataformas que funcionan con coches VTC a establecer un mínimo de 15 minutos de precontratación y a eliminar su geolocalización. Todo esto hizo que el modelo de negocio en el que se basa la compañía dejase de ser competitivo.
Sin duda alguna el abandono de ambas compañías de una de las ciudades con mas turismo de toda Europa resulta muy llamativo. En el caso de Cabify, que opera en España, Portugal y varios países latinoamericanos, es la primera vez que se ve obligado a tomar esta medida. Pero el caso Uber es muy distinto. Y es que la compañía de vehículos de alquiler con conductor se ha visto obligada en varias ocasiones a abandonar lugares de todo el mundo y en muchas otras ha sido directamente expulsada.
Uber se ha visto obligada a abandonar varias ciudades
En el caso de Dinamarca, donde en 2017 Uber contaba con más de 2.000 conductores y cerca de 300.000 usuarios, se aprobó una ley que obligaba a este tipo de vehículos a equipar taxímetro y sensores de ocupación. Una enorme presión por parte del colectivo taxista y de los políticos calificaba el servicio de Uber como ilegal. La compañía se vio obligada a marcharse tras no cumplir con los requisitos establecidos.
En Bulgaria el servicio ofrecido por Uber fue prohibido. Las constantes protestas por parte de los taxistas tuvo como resultado el veto de la aplicación por competencia desleal.
Uber experimentó otro caso similar en Brno. Se trata de la segunda ciudad más grande de la República Checa y cuenta con unos 380.000 habitantes. La empresa local de taxis presentó una denuncia afirmando que el colectivo de Uber no cumplía con la ley en vigor y se prohibieron sus servicios. La App afirmó que no era una empresa normal de taxis, pero en el curso pasado el Constitucional checo afirmó que si que lo eran, por lo que su prohibición sigue en pie.
Pero sin duda alguna uno de los casos mas sonados respecto a Uber es el vivido en Londres. El Transport for London, la autoridad de transporte londinense, anunció en 2017 que no renovaría la licencia de operador. Este caso no tiene que ver con las protestas de los taxistas como sucede en los casos anteriores, sino que el problema vino a raíz de malas prácticas corporativas por parte de la compañía. Uber fue acusado de usar softwares para espiar a los funcionarios que se montaban en sus vehículos y de no cumplir con las normativas de seguridad. Tras estas acusaciones, se le concedió una licencia temporal de 15 meses para mejorar sus servicios y adaptarse a las normativas. De no hacerlo, no se le renovará la licencia y Uber perdería uno de los mercados más potentes de Europa.
Como vemos en los casos anteriores, no es la primera vez que la compañía se ve obligada a abandonar los países donde opera. Parece ya habitual en Uber comenzar a operar en las ciudades sin prestar atención a las normativas vigentes.
Fuente: Hipertextual