Aquellos que usan vehículos de transporte compartidos (VTC o servicios de carsharing) esperan que su coche esté en condiciones de circular y, por ejemplo, no huela a humo. Es muy molesto cuando alguien ha fumado en él, o el mantenimiento es cuanto menos deficiente. Pero, gracias a los sensores Ridecare que Bosch está desarrollando para operadores de flotas y proveedores de servicios de movilidad compartida, esto pronto será cosa del pasado.
El objetivo es una conducción aún más segura y agradable para todos los usuarios. La primera característica estándar de Ridecare es la detección de humo y daños. Para ello, Bosch combina una caja de sensores en el coche con análisis de datos basados en la nube utilizando inteligencia artificial (IA). Esto permite recibir información importante y fácilmente comprensible en tiempo real sobre si un vehículo se ha dañado o si alguien ha fumado en él. Las reparaciones o la limpieza se pueden realizar de forma más rápida y acorde con la demanda.
“En el carsharing, una de las principales claves para la satisfacción del cliente es garantizar que los usuarios tengan una experiencia de conducción segura y agradable en todo momento. Con las soluciones Ridecare, Bosch está estableciendo un nuevo estándar para mejorar la experiencia del cliente aún más en el terreno del carsharing”, explica Harald Kroeger, miembro del consejo de administración de Robert Bosch GmbH. El proveedor de tecnología y servicios automotrices está trabajando actualmente en proyectos piloto con varias compañías.
Bosch también recibió hace poco la aprobación oficial para este sistema por parte de la TÜV Süd, incluida una confirmación de la fiabilidad de este servicio. Los proveedores de carsharing suelen recibir poca o ninguna información sobre si sus vehículos sufrieron daños o se fumaron durante un período de alquiler determinado. Si bien los usuarios a menudo informan de casos de daños importantes en el automóvil, suelen ser las propias empresas las que tienden a hacerse cargo de los costes de reparación de daños si son “supuestamente” menores.
Otro motivo de gran descontento entre los clientes es la toma de posesión de un vehículo en el que el anterior conductor ha estado fumando. En tales casos, el precio de una limpieza interior profesional a menudo puede superar varios cientos de euros. Con los sensores Ridecare, Bosch ahora puede brindar claridad en lugar de conjeturas: una caja de sensores en el vehículo detecta tanto el humo del cigarrillo en el interior como los daños en el exterior. De hecho, la detección de este tipo de daños con una sola unidad es una novedad en la industria.
Las soluciones disponibles hasta ahora podían detectar humo o accidentes, pero no ambos. “El sistema combinado de detección de humo y daños de Bosch es la primera solución con vistas a la producción del mundo. Puede detectar de manera fiable e informar de forma incontrovertible tanto el daño como el humo dentro del automóvil”, menciona Kroeger. Además, los sensores de la caja son tan precisos que pueden detectar no solo accidentes, sino incluso daños accidentales durante las maniobras de aparcamiento. Aquí, todo queda monitorizado.
Los servicios de flota de Bosch comprenden una caja de sensores instalada permanentemente en el parabrisas de los vehículos, así como un software inteligente para el análisis de datos en la nube. Tan pronto como el sensor informe sobre un accidente o de humo a bordo del coche, lo transmite a un backend en la nube, Bosch puede usar métodos de inteligencia artificial (IA) para clasificar el daño para el operador de la flota. Los algoritmos inteligentes incorporan tanto los datos de la dinámica de conducción del vehículo como el estado de la carretera.
Esto significa que las marcas de carsharing saben exactamente si es algo meramente cosmético o si es necesario evaluarlo y repararlo de inmediato para garantizar que el vehículo se mantenga en condiciones de circular. “Los servicios de Ridecare son otra demostración más del potencial de AIoT: la combinación de inteligencia artificial e Internet de las cosas. Ahora sus beneficios también estarán disponibles para los usuarios de servicios compartidos”, menciona Kroeger.
Además, gracias al análisis de datos de IA, Bosch también puede identificar dónde exactamente se ha dañado el vehículo, por ejemplo, en el parachoques trasero o incluso en los bajos. Esto facilita la documentación y tasación del daño. Si los datos de este sensor se combinan luego con imágenes del daño, los operadores de carsharing también pueden tener una estimación de los costes de reparación bajo demanda. Por supuesto, Bosch RideCare también aporta pruebas de quién tiene la culpa, en caso de que haya que traspasar la factura de una reparación.
Fuente: Bosch
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