El proveedor automotriz Bosch ha desarrollado un sistema innovador que tiene como objetivo salvar vidas en caso de que se estrelle un vehículo eléctrico: pequeñas cargas explosivas controladas en la batería del coche que pueden aislar la fuente de alimentación en caso de un choque. Si bien puede sonar un poco contradictorio, una serie de pequeñas explosiones controladas pueden ser algo bueno.
Chocar un el coche eléctrico es muy diferente a impactar con un automóvil tradicional de combustión interna. Un accidente podría descolocar los cables de la batería de tal manera que la corriente podría filtrarse al resto del vehículo. Si se da el caso, es completamente posible que los pasajeros de dentro o las fuerzas de rescate que vienen a ayudar puedan ser susceptibles a recibir un calambrazo bastante desagradable.
Ahí es donde entra en juego Bosch. La compañía ha desarrollado chips semiconductores estratégicamente integrados en el sistema eléctrico y conectados digitalmente a los sensores del airbag. Los sensores activan el airbag si detectan un impacto, y al mismo tiempo le dicen a los semiconductores que interrumpan la conexión con la batería activando una mini explosión que corta los cables de alto voltaje, aislando la corriente en la batería.
Los dispositivos en sí mismos se denominan pirofusible, y como su nombre indica, son un cruce entre explosivos y fusibles eléctricos. Ya existe tecnología para apagar los sistemas complejos que se encuentran en los autos eléctricos si se detecta una colisión, pero la nueva tecnología de Bosch reduce aún más los riesgos de descargas eléctricas o incendios. Estos artefactos ya se están utilizando en algunos vehículos híbridos y eléctricos, pero Bosch no ha especificado cuáles.
El sistema de Bosch es similar a un interruptor de inercia (ICE) en un vehículo a combustión, que corta el flujo de combustible después de un accidente
Los chips que Bosch emplea en el mecanismo del airbag integrado para detectar cuándo el vehículo está involucrado en un choque son más pequeños que una uña y están poblados con millones de transistores. Están diseñados a medida para activar funciones de seguridad de manera confiable en una fracción de segundo. Sin embargo, no es del todo infalible, pues si el accidente es muy grave la batería puede perforarse, y ahí no hay pirofusible que libere del riesgo.
“Ante el creciente número de vehículos eléctricos que podrían estar involucrados en colisiones, estos sistemas son absolutamente esenciales si queremos cumplir con nuestra misión de ayudar y rescatar a las víctimas de accidentes de tráfico de la manera más rápida y segura posible”, opinó Karl-Heinz Knorr, el vicepresidente de la asociación de bomberos de Alemania (DFV).
Es importante recordar que el papel de Bosch en la industria automotriz es desarrollar tecnología, no construir los vehículos que la emplean. Cuándo y dónde su dispositivo de seguridad basado en explosiones llegue al mercado depende en gran medida de la capacidad de los fabricantes de coches para lanzar más eléctricos e híbridos.
Fuente: Bosch