Si bien el aire acondicionado ha estado disponible en el mundo de las cuatro ruedas durante 80 años (1933), la realidad es que algunos sistemas funcionan mejor que otros. Esto es muy cierto en el caso del Bugatti Chiron y sus derivados. Si has dejado el coche al sol en un acalorado día de verano durante varias horas, sabes que tardarás un rato en recibir una ráfaga de aire frío y bajar la temperatura del habitáculo. En los coches de Bugatti, como todo en ellos, el sistema funciona de otra manera.
Pero hay que tener en cuenta que los requisitos para sus modelos también juegan en otra liga. “Nuestros vehículos viajan muy rápido. Para que el suministro de aire funcione correctamente a la velocidad máxima, debemos asegurarnos de que la ventilación y el aire acondicionado estén particularmente bien controlados”, dice Julia Lemke, ingeniera y coordinadora técnica de los sistemas de aire acondicionado de la marca. Para este propósito, el dispositivo cambia el flujo a velocidades de conducción rápidas. En un coche convencional, el aire es forzado hacia el interior desde el extremo inferior del parabrisas, pero en un Bugatti esto solo ocurre a los 250 km/h.
A partir de este punto, se cambia a presión negativa: un sistema de control con un ventilador optimizado asegura que el aire continúe ingresando al interior. Dado que el coche puede superar los 400 km/h, la carrocería está diseñada para ser particularmente aerodinámica. Esto requiere un parabrisas plano con una inclinación de solo 21,5 grados, aumentando el área del cristal a 1,31 metros cuadrados; un compacto convencional tiene una superficie de alrededor de 0,70 m2 y un ángulo de inclinación de unos 30 °. Entendamos qué quiere decir esto.
Con ese diseño, el interior de un Bugatti se calienta más debido a la mayor radiación solar. Si se opta por el techo “SkyView” (un parabrisas ampliado), aumenta aún más el nivel de calor cuando brilla el sol. Para contrarrestarlo, los modelos Chiron y Divo tienen un potente compresor de aire acondicionado con una capacidad de enfriamiento de hasta 10 kW que funciona junto a otros dos condensadores, suficiente para enfriar un apartamento de unos 80 m2. Se pueden comprimir cerca de 3 kg de refrigerante por minuto desde una presión de 2 bar hasta una de 30 bar.
Además, el compresor montado en el motor está expuesto a temperaturas ambiente muy altas debido a su proximidad al sistema de escape, por lo que este es enfriado por otro sistema. “A primera vista, nuestro aire acondicionado parece funcionar como un sistema convencional. Pero es un verdadero desafío armonizarlo en un deportivo de bajo volumen para que funcione de forma impecable incluso a la máxima velocidad y carga del motor”, destaca Lemke. Así, el sistema garantiza que el interior sea cómodo independientemente de la temperatura exterior.
Como señaló Lemke, es importante que la temperatura seleccionada se alcance rápidamente y no haya corrientes de aire o ruidos, ya que “solo entonces te hace sentir cómodo”. Para hacer tan bien su trabajo, Lemke rastrea el flujo de aire mediante simulación 3D, lanzas de humo e hilos de lana. Puede parecer extraño, pero estos últimos indican claramente el flujo de aire. Su objetivo es continuar perfeccionando y ajustando el sistema de aire acondicionado para que los ocupantes no escuchen ni sientan corrientes de aire, y el resultado es perfecto solo si no notan nada en absoluto.
Fuente: Bugatti
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