En los últimos años, el número de radares ha crecido en nuestra carreteras de manera muy importante (con la escusa de nuestra seguridad), por lo que cada vez es más fácil sobrepasar el límite de velocidad, inadvertidamente, cuando pasamos por delante de uno de ellos. Este hecho puede suponernos una importante multa económica y, lo más importante, la detracción de puntos del carnet de conducir.
Aunque en algunas ocasiones determinados conductores decidan rebasar la velocidad establecida de forma voluntaria, muchas infracciones se deben al desconocimiento, ya que es muy frecuente circular sin que sepamos cuál es la velocidad máxima del tramo que recorremos en esos momentos.
Para evitar estos descuidos, que pueden salir muy caros, algunas marcas como BMW y Opel ya han comenzado a ofrecer en determinados modelos sistemas de cámaras capaces de reconocer esa información y mostrarla en el cuadro de mandos o proyectada en el parabrisas.
En principio, se trata solamente de sistemas de advertencia, es decir, siempre queda en manos del conductor la decisión final de rebasar o no el límite de velocidad. Sin embargo, su funcionamiento es excelente y, seguramente, a no mucho tardar, se ofrecerán nuevas posibilidades de cara al futuro, en conjunción con otros sistemas electrónicos, para aumentar la seguridad de los usuarios.
El “ojo que todo lo ve” es una cámara, que suele estar integrada en la zona media del parabrisas, junto a la base del retrovisor interior. Se suelen emplear cámaras dotadas de sensores de tipo CMOS (una tecnología muy barata y capaz de ofrecer un elevado “rango dinámico”), ya que son capaces de captar imágenes en condiciones de iluminación muy distintas.
El único inconveniente es que las imágenes no son de mucha calidad (en blanco y negro, y con una resolución de 640×480 pixel). Pero no representa ningún inconveniente porque, en cambio, su tasa de captura es relativamente alta (unos 30 fotogramas por segundo).
Las imágenes son enviadas a un cerebro electrónico que es capaz de realizar múltiples tareas de forma simultánea como, por ejemplo, detectar señales de tráfico, líneas que delimitan los carriles y otro tipo de obstáculos; también es capaz de controlar el encendido automático de las luces largas o de carretera. Cuando llega una imagen, el procesador, primero, la analiza para detectar los contornos de las señales de tráfico, después examina cada zona de la imagen encerrada por uno de esos contornos, mejorando el contraste y, al final, compara este análisis con la biblioteca de señales que tiene almacenada.
Como consecuencia el sistema es capaz de leer una señal a más de 100 metros, incluso si se trata de indicaciones mostradas en paneles electrónicos o de obras. De momento sólo son capaces de detectar los límites de velocidad, las prohibiciones de adelantamiento y las líneas de la carretera.
Por último queda la parte de mostrar al conductor dicha información. Tanto en el caso de BMW como en el de Opel, el límite de velocidad vigente en cada momento se muestra en la instrumentación o proyectada sobre el parabrisas (Head-Up display), como en los aviones de caza o en el nuevo Saab 9-5 que probamos. La indicación se actualiza automáticamente en el momento exacto en que el coche rebasa la señal de la nueva limitación.
En el caso de BMW, el límite de velocidad vigente se muestra de forma permanente, mientras que en los vehículos de Opel aparece durante unos segundos o siempre que el conductor pulse un botón.
De momento, ninguna de las dos marcas germanas ha optado por incluir un sistema que alerte al conductor de que circula con exceso de velocidad (parecido al que usan algunos navegadores) aunque, como decíamos anteriormente, no se tardará mucho en utilizar esta tecnología junto con, por ejemplo, el control de velocidad para adaptarla automáticamente a las condiciones de la vía o del tráfico.
Por añadidura, el dispositivo Opel Eye cuenta con el sistema de aviso de cambio involuntario de carril, que alerta al conductor cuando de forma no intencionada abandona el carril por el que circula. Esta función ayuda a evitar situaciones peligrosas, como puede ser el caso de que un conductor se quede dormido al volante. El sistema avisa con una señal acústica y con un icono parpadeante en el cuadro de instrumentos.
Las posibilidades son innumerables, y los avances en este sentido serán cada vez mayores.
Vía | BMW – Opel
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