Puede que la palabra catalizador no suene en absoluto glamourosa dentro del mundo del motor. Pero su función es clave, ya que ayudan a minimizar los hidrocarburos y otros contaminantes que son emitidos por el escape de un coche. Debido a que contienen metales preciosos tales como el platino, suelen ser también muy caros (de ahí los robos de catalizadores en época de crisis). Pero eso podría acabar, ya que un científico británico ha desarrollado un nuevo tipo de convertidor que promete ser más barato y duradero, además de que debería aumentar la eficiencia de combustible del vehículo.
El catalizador produce modificaciones químicas en los gases de escape de los automóviles antes de liberarlos a la atmósfera. Estas modificaciones tienen como fin reducir la proporción de algunos gases nocivos que se forman en el proceso de combustión. En un convertidor catalítico, los gases del escape fluyen a través de una red metálica de nido de abeja de canales microscópicos, recubierto con un bloque de cerámica. Los gases, en contacto con el catalizador de metal, liberan algunos de los compuestos más tóxicos y los gases de escape que salen por el tubo de escape son bastante más limpios de lo que serían de otro modo.
El Dr. Benjamin Kingsbury, investigador asociado en el Imperial College de Londres, ha ideado un método para aumentar la superficie activa de los canales microscópicos. Esto no sólo significaría que el catalizador pudiese eliminar más contaminantes, sino que, ya que el metal es capaz de distribuirse de una manera más efectiva, sería necesario hasta un 80 por ciento menos.
Además, las pruebas de laboratorio indican que en esta nueva configuración, los metales se degradan apenas un 4% después de 100.000 km de uso. En la misma distancia, los metales en un catalizador ordinario se degradan en aproximadamente un 35%. Por si fuese poco, parece que previene la presión trasera, una situación en la cual los gases de escape se acumulan y provocan que el motor trabaje en condiciones más duro . Esta característica podría permitir a los automovilistas a utilizar hasta un 3% menos de combustible.
Kingsbury ya ha creado una empresa en diciembre del año pasado para comercializar la tecnología.
Fuente: Imperial College London