La experimentación con animales era la norma general hace algunos años. Y se empleaban en todas las industrias, incluida la automotriz. Con la presión del público, llegamos a la conclusión de que se pueden lograr los mismos resultados con otros medios, sin tener que sacrificar vidas en el proceso. Sin embargo, un grupo de investigadores en China parecen haberlo olvidado, porque recientemente usaron 15 cerdos vivos en pruebas de choque.
Su objetivo era determinar las lesiones exactas que sufriría un niño de seis años atado en el asiento de un coche en caso de un impacto a 30 mph (48 km/h). El razonamiento de los científicos para usar animales fue que los cerdos son similares a los humanos en más de un sentido, incluida su anatomía. Siete fueron asesinados después de ser atados y golpeados contra una pared. Otros ocho sufrieron heridas, como fracturas de huesos y hematomas internos.
La investigación, publicada en International Journal of Crashworthiness, implicó probar tres modificaciones diferentes del cinturón de seguridad: dos cinturones paralelos que sujetan el pecho y el abdomen; un cinturón diagonal y un cinturón de regazo; y cinturones diagonales cruzados. Para ejecutar las pruebas, los cerdos tienen las patas delanteras atadas y se ven obligados a “sentarse” en posición vertical en “pruebas mortales”.
Los cerdos tenían entre 70 y 80 días de edad, pasaron hambre durante 24 horas y se les negó agua durante seis horas antes de las pruebas. Tras examinar los cuerpos, se descubrió que los pulmones se lesionaron con mayor frecuencia, seguidos de bazos e hígados. A pesar contar con una estructura anatómica similar a la de un niño de seis años, continúa siendo deplorable un experimento así. Incluso insinuaron que podrían realizar experimentos similares en el futuro.
Zachary Toliver, del grupo de derechos de los animales PETA, apuntó a lo que llamó una práctica cruel e injustificable. “A pesar de la existencia de modelos sofisticados libres de animales, los experimentadores continúan sujetando a los animales maltratados y asustados en los asientos de los coches y los estrellan contra las paredes hasta que sus cuerpos están ensangrentados, magullados y destrozados. Los cerdos vivos se pulverizan en estas pruebas”, dijo.
En la década de los 70 y en las siguientes, General Motors, por ejemplo, también utilizó animales vivos en pruebas de choque automotriz. Entre 1981 y 1991, aproximadamente 19.000 perros, conejos, cerdos, hurones, ratas y ratones fueron asesinados, de acuerdo con la publicación del The New York Times en septiembre de 1991, citando a un portavoz de la compañía. PETA también protestó por la práctica en ese entonces, lo que llevó a General Motors a terminarla en 1993.
“Las compañías automotrices descubrieron hace años que este tipo de experimentos no tienen valor y no nos dicen nada sobre una experiencia humana en un accidente automovilístico”, escribió el grupo defensor de los derechos de los animales en su blog. “En estos días, las compañías usan tecnología avanzada, como estudios clínicos en humanos, modelado avanzado por ordenador, imágenes médicas en 3D y avanzados maniquíes”.
Los dummiesmodernos empleados en las pruebas de choque son muy avanzados y pueden costar cientos de miles de dólares. Equipados con registradores de datos que miden el impacto de un choque, los maniquíes también se han adaptado a formas y tamaños más grandes para reflejar la población moderna. Otros investigadores también han usado cadáveres humanos y la realidad virtual (muñecos de choque digitales) para el mismo propósito.
Teniendo en cuenta lo que pasaron los pobres animales antes de expirar, la indignación pública está justificada. Irónicamente, China marcó 2019 como el “Año del Cerdo”: en la cultura china, los cerdos son un símbolo de riqueza.
Fuente: Independent
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