Fabricado tanto en Francia como en los centros de la marca en Madrid y Vigo, el Citroën Xsara marcó un hito importante en la historia de la marca, siendo el primer modelo de la marca que conquistó el liderato del mercado de turismos en nuestro país nada más empezó el nuevo siglo (número uno del 2000 al 2003). Presentado al mundo en 1997, pocos vaticinaban que acabaría siendo uno de los coches más populares en Europa de su día.
Citroën necesitaba un vehículo para reemplazar al ZX en su gama, y la respuesta fue el Xsara, un compacto construido ya bajo la propiedad de Peugeot; de hecho, comparte fundamentos técnicos con el 306. En ese entonces, Citroën todavía quería crear vehículos de aspecto único, pero tenía que hacerlo en los términos de su propietario. Para ello, el fabricante francés utilizó la misma plataforma del ZX, pero el diseño general era completamente nuevo. Además, estaba disponible en carrocería de tres puertas (Coupé), cinco(hatchback)yfamiliar (Break).
Al frente, el Xsara destacaba por unos faros delgados flanqueando una parrilla dividida por un listón central. Para ayudar a enfriar el motor, Citroën añadió una segunda rejilla en la sección inferior del parachoques, separada por la moldura de plástico negro. El perfil revelaba formas más redondeadas y fluidas, inspiradas en la tendencia del biodiseño de los 90 y apostando por la estética de una carrocería de tipo liftback. Se hacía patente en el pilar C y la inclinada puerta del maletero con un borde horizontal que, además, revelaba un área de carga decente.
En el interior, el lenguaje de diseño curvo estaba presente en todo el habitáculo. El cuadro de instrumentos se “fusionaba” con la consola central, donde la firma gala colocó los controles de climatización y del equipo de música. Todo el habitáculo en el Xsara buscaba ser acogedor en un diseño integral, especialmente para el conductor. Además, el espacio estaba bastante bien aprovechado para una longitud por debajo de los 4,2 metros. Disponía de uno de los maleteros más grandes de su categoría, de hecho: 408 litros; 513 litros en las versiones Break.
Citroën introdujo una versión actualizada del Xsara en el año 2000, y con ello trató de mejorar la imagen del coche, tanto estética como mecánicamente. Empezando por la estética, la frente del remozado Xsara se adaptó al lenguaje de diseño de la compañía con unos nuevos faros más grandes y altos en forma de lágrima. Puede que no fuesen igual de bonitos que los anteriores, pero al menos hacían un mejor trabajo durante la noche. Acompañándolos, Citroën trabajó de nuevo en el parachoques envolvente, el recibió una nueva parrilla aún más generosa.
Según el nivel de acabado, llevaba protecciones de goma del color de la carrocería o sin pintar, y en caso de equipar luces antiniebla, estas iban montadas en los faros. En la parte trasera, las luces de marcha atrás recibieron un tinte ahumado para fundirse con el grupo de iluminación. A bordo, la principal diferencia radicaba en el sistema de sonido, que acogía un reproductor de CD, y en las inserciones de símil de madera (plástico) en el salpicadero y la consola central en función del nivel equipamiento escogido, así como la integración de un ordenador de a bordo.
El Citroën Xsara también era uno de los coches más seguros de su segmento. Con la llegada de los frenos ABS de serie en toda la gama, la posibilidad de equipar control de estabilidad, ayuda a la frenada de emergencia, regulador de velocidad, encendido automático de los warning en caso de deceleración brusca, airbag de techo… El Xsara contaba con un nivel de seguridad que destacaba entre los demás. Podemos añadir también un interior con absorbedores de golpes laterales de deformación progresiva, cinturones de seguridad con pretensores pirotécnicos, el corrector eléctrico de altura de faros o un sistema de antiarranque electrónico.
Entre 1997 y 2000, época correspondiente a la conocida como “fase 1”, el Xsara se vendía con hasta nueve propulsores diferentes. Había cinco unidades de gasolina: un 1.4 de 75 CV, un 1.6 de 90 CV, un 1.8 de 103 (8 válvulas) o 112 CV (16 válvulas), y un 2.0 de 167 CV que solo estaba disponible en el acabado VTS, el más deportivo y equipado. En cuanto a los motores diésel se podía escoger entre un 1.9 atmosférico de 70 CV, un 1.9 turboalimentado de 90 CV y un 2.0 HDi más refinado de 90 CV. Era la época del auge del diésel para todos los fabricantes.
El Xsara “fase 2”, fabricado entre el 2000 y 2003, acogió a muchos de los motores presentes en el momento del lanzamiento, aunque el bloque de 1.6 litros de gasolina pasó de 90 a 109 CV y surgió otro 2.0 de 137 CV. Por su parte, a las mecánicas diésel se sumó una unidad 2.0 HDi de 110 CV. Por último, la “fase 3”, incluyó la recolocación de los faros antiniebla delanteros, una tira cromada en el maletero y algunos detalles en el interior y el cuadro de instrumentos que se forraron con un poco de cromo, pero no vio afectada en absoluto su gama mecánica.
La tercera fase solo estuvo en el mercado entre 2003 y 2004 para el Xsara cinco y tres puertas, y hasta 2006 para el Xsara Break, puesto que el C4 que lo reemplazó jamás ha contado con una variante familiar. Al final de su producción, se habían vendido 1.343.000 unidades, siendo un completo éxito gracias a su confort de marcha, su habitáculo medianamente espacioso y unas prestaciones dignas gracias a una amplia oferta mecánica sin mermar en equipamiento ni en el aspecto de la seguridad. Pero, sin duda, lo más valorado fue su economía de uso.
En competición, concretamente en el Campeonato Mundial de Rally (WRC), el Citroën Xsara ha entrado en los libros de historia de la automoción. Una competición en la que ha corrido 137 pruebas, se ha alzado con 32 victorias, y se ha hecho con tres títulos de constructores y tres de pilotos con la legendaria dupla de Sébastien Loeb y Daniel Elena. El Xsara sobresalió además en un aspecto clave, la fiabilidad, pues sólo abandonó por avería mecánica en seis ocasiones entre 2001 y 2007. Reemplazado por el C4 WRC, siguió corriendo en manos privadas hasta 2009.
Fuente: Citroën
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