Los coches eléctricos son más caros que sus equivalentes de motor de combustión, además de contar todavía con algunos problemas en su uso más allá de la ciudad. Todo eso es conocido, pero ahora un estudio ha ampliado su alcance económico y ha descubierto que su uso masivo podría ahorrar miles de millones de dólares. Este análisis se refiere al mercado americano, pero bien podría aplicarse a cualquier país del mundo.
Este estudio combinó datos sobre cambio climático y sus efectos con datos sobre flotas de vehículos y salud pública para revelar que los vehículos eléctricos podrían ayudar a mitigar muchos de los daños significativos provocados por la contaminación del aire, además de prevenir muchas muertes prematuras.
Las emisiones porducidas por los motores de combustión interna contribuyen enormemente a la contaminación del aire que se respira en muchas de las principales ciudades del mundo (pudimos comprobarlo durante el confinamiento generalizado por la COVID-19) y causa millones de muertes prematuras cada año.
Si hablamos en concreto de motores diésel, el óxido de nitrógeno (NOx) que se escapa cuando se quema el combustible crea nubes persistentes de contaminación que pueden provocar problemas de salud a largo plazo, como accidentes cerebrovasculares, enfermedades cardíacas y cáncer de pulmón.
Daniel Peters, autor principal del estudio e investigador del cambio climático en la Universidad Northwestern, indica que «un buen ejemplo es observar los óxidos de nitrógeno, pues en sí mismo es dañino para la salud respiratoria. Cuando se expone a la luz solar y a compuestos orgánicos volátiles en la atmósfera, se pueden formar ozono y partículas».
Utilizando un modelo climático, el equipo pudo simular cómo estos contaminantes interactúan con el clima y otras fuentes de emisiones, como la generación de energía. También cómo cambiaría este panorama según el porcentaje de vehículos eléctricos en la carretera. Con posterioridad cruzaron los resultados con datos de Sanidad disponibles para determinar los impactos en la salud en diferentes escenarios de venta de vehículos eléctricos.
El punto de partida fue el parque automovilístico de EE.UU. y los datos de emisiones de 2014. Si el 25 % de los automóviles con motor de combustión interna (ICE) se reemplazasen por vehículos eléctricos en 2014 (alimentados con la infraestructura energética instalada entonces), se habría evitado lanzar a la atmósfera 250 millones de toneladas de CO2.
Para medir el coste (y ahorro) de estas medidas los científicos asignaron valores en dólares a los daños climáticos y a la salud pública que los diferentes porcentajes de vehículos eléctricos evitarían. Se calcularon a través de herramientas muy habituales en estos estudios, como el coste social del carbono o el valor estadístico de la vida.
«El coste social del carbono y el valor estadístico de la vida estadística son métricas muy estudiadas y debatidas», asegura Daniel Horton, otro de lso autores del estudio. «Se utilizan regularmente para tomar decisiones políticas, pues ayuda a poner un valor tangible a las consecuencias de emitir gases a la atmósfera compartida «.
En el escenario en el que el 25 % de los automóviles de combustión interna fuesen reemplazados por vehículos eléctricos, los científicos calculan que ahorraría a Estados Unidos alrededor de 17.000 millones de dólares cada año. En otro escenario en el que se reemplazaba el 75 % de los automóviles de ICE, esos ahorros podrían aumentar a 70.000 millones al año, además de evitar miles de muertes prematuras.
«Desde un punto de vista tecnológico y de ingeniería, la gente lleva años desarrollando soluciones al cambio climático» agregan los autores. «Pero necesitamos evaluar rigurosamente estas soluciones. Este estudio ha demostrado que la adopción de vehículos eléctricos no solo reduce los gases de efecto invernadero sino que salva vidas».
Fuente: Northwestern University
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