«El aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo». Este conocido proverbio chino puede aplicarse a la actual situación de la industria automovilística. Se corta el suministro de microchips asiáticos y los plazos de entrega de coches se dilatan. Ahora, el atasco de conntenedores en el puerto de Shanghái detiene las fábricas españolas.
La respuesta del gobierno chino a la ola de contagios que la variante ómicron ha desatado en el país ha sido tratar de conseguir cero enfermos. Con una variante tan contagiosa, eso es casi imposible de lograr, incluso con confinamientos estrictos. Eso incluye a Shanghái, la capital económica del país y donde se ubica el mayor puerto de contenedores del globo.
Los confinamientos decretados por el gobierno han dejado sin personal al puerto y los buques portacontenedores se amontonan fondeados en la entrada de Shanghái después de un mes de confinamiento. No hay trabajadorea para que los barcos puedan descargar o cargar.
La automoción es el sector más afectado. Fabricantes como Tesla o, Volkswagen o NIO tienen sus fábricas de Shanghái paralizadas debido al estricto confinamiento. Se han visto obligados, ya que sus proveedores han detenido su producción y no reciben piezas y materiales. Entre ellos los microchips, cuyas fábricas se encuentran en suelo asiático en la mayor parte.
Es una situación que ya afecta a las fábricas españolas. Un ejemplo, la planta que Stellantis tiene en Vigo se detendrá en mayo y junio, perdiendo más de un 30 % de su producción por desabastecimiento. Las dificultades de aprovisionamiento de componentes que ya existían con los microchips se agravan con los bloqueos en el puerto comercial de Shanghái.
Tocan, pues, paradas forzosas en una planta que fabrica modelos de gran éxito y demanda, como el Peugeot 2008 o los comerciales ligeros como el Citroën Berlingo. Cuando no hay problemas de suministro se alcanza un ritmo de producción de 2.300 vehículos diarios, pero desde hace dos años los problemas de desabastecimiento lastran el ensamblaje de coches como en otras plantas del Grupo Stellantis. El último golpe, esa inactividad de en torno al 30 % de la producción que se espera en la segunda quincena del mes de mayo y durante el mes de junio… al menos mientras el colapso del tráfico de portacontenedores en las terminales portuarias de China no acabe.