“Se vende coche seminuevo, con pocos kilómetros, sin defectos de chapa y sólo un propietario por menos de 10.000 euros”. Todos conocemos bien esos anuncios trampa para captar incautos. Son habituales de muchas páginas de anuncios de coches en Internet… En España. Porque este caso es en Japón y es mucho más grave. Desde hace unos meses estos anuncios aparecen en publicaciones especializadas en automoción. Son coches que han estado expuestos al accidente nuclear de la central de Fukushima, de graves consecuencias para el sector de la automoción, y que aún conservan altísimos niveles de radiación.
Fue Akihiro Yamada, periodista del diario japonés Ashahi Shimbu, quien quiso comprobar si el rumor de vehículos radiactivos de segunda mano a la venta en el país era cierto. Sus investigaciones le llevaron hasta un concesionario de Okayama, en el suroeste nipón, a casi 1.000 kilómetros de Fukushima. Sabía por los registros del Ministerio de Transportes nipón que uno de los vehículos afectados por el accidente nuclear provocado por el tsunami del pasado 11 de marzo tenía que estar allí.
Pero no era así. El director del concesionario le contó que se trataba de una furgoneta familiar que provenía de la región de Fukushima a la que se había cambiado (ilegalmente) la matrícula y el número de chasis para que no se pueda seguir la pista de los vehículos. El vendedor confesó que había pagado por ella unos 12.000 euros y que la vendió por poco más de 10.000, “porque no se podía permitir perder el dinero”, cuenta el periodista en su artículo.
No es ninguna broma. El vehículo salió de la zona evacuada con un nivel de radiactividad de 110 microservets por hora, más de 200 veces superior al máximo de 5 microservets por hora que permite el Gobierno de Tokio.
El concesionario, que se dedica también a la exportación de vehículos, intentó descontaminar el automóvil, aunque sólo la redujo en un 60% (es un proceso muy complejo y caro). Si un humano pasase dos horas en el vehículo recibiría la exposición máxima recomendada por los expertos para todo un año.
No es un caso ailado. En el último mes, las autoridades portuarias niponas han retenido 660 coches destinados a países extranjeros, sobre todo asiáticos de la Europa del Este. Rusia ha detenido en varias ocasiones la llegada de vehículos procedentes de Japón con altos niveles de radiación… De ahí que, ante las dificultades de exportarlos, se destinen al mercado interno nipón.
Vía: La Información, RT