Todos lo intuimos y se ha convertido en el típico comentario de barra de bar: el descuento de 20 céntimos por litro en el precio de gasolina y diésel en España ha provocado que las estaciones de servicio suban los precios.
Este descuento que, recuerda, está vigente desde el 1 de abril y dura hasta el 30 de junio, ha tenido desde el principio gente a favor (ayuda a controlar la inflación) y también detractores (que no se explican que cualquiera reciba el subsidio). La verdad es que el aumento de los precios de los carburantes, sobre todo tras la invasión de Ucrania hizo que se alcanzasen precios récord desde febrero. Y ahí siguen, pero al menos el descuento supone un alivio para el bolsillo de todos.
En el blog Nada es Gratis, en el que escriben numerosos economistas, analizan la eficacia de la medida. No es algo extraño pues se han tomado medidas para controlar el precio en muchos países. Algunos fijando precios máximos, otros con rebajas de impuesto, o el subsidio por el que apostó el gobierno de España.
Esos 20 céntimos los pagamos todos con nuestros impuestos (el nombre del blog vienen que ni pintado al caso), salvo en las estaciones propiedad de empresas con capacidad de refino en España (Repsol, Cepsa y BP), que costean 5 céntimos de esa cantidad. Los economiustas se han puesto a la obra y analizado los datos de los precios de la gasolina desde enero de 2022 a mediados de mayo, así como la cotización semanal media del barril de crudo.
Como hay muchos países europeos donde la medida no se implantó (Austria, Bulgaria, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Letonia, Lituania, Rumanía, Eslovaquia y Suecia), han comprobado que los precios en España subieron desde que se aplicó la medida:
- Gasolina 95: + 2,7 céntimos antes de impuestos, +3,7 céntimos con impuestos.
- Diésel: +4,1 centimos antes de impuestos, +6 céntimos con impuestos.
Los precios se comportaban antes de modo similar en los países comparado que no aplicaron medidas… y sí parece que en España el aumento es mayor en este periodo. Los consumidores no están disfrutando parte de esa subvención…
Al tratarse de un sector con poca competencia y ser el combustible un elemento con demanda inelástica (poco sensible ante un cambio en el precio, la gente lo necesita igual), pues parece que es sencillo para los proveedores apropiarse de una parte del subsidio… y es lo que ha estado ocurriendo.
¿Y después del 30 de junio, qué?
Ante esta situación Nadia Calviño ha asegurado que el Gobierno «retirará la bonificación de 20 céntimos sobre el carburante si los operadores absorben este descuento y mantienen los precios». La «vuelta a la realidad» sería dura, pues a los 20 céntimos que subiría de golpe habría que sumar también la subida que se produzca en el mes de junio. Y si se confirman las previsiones de escasez de combustible en todo el globo, será difícil que bajen precios.
Y todo ello, a las puertas del verano, con millones de desplazamientos por carretera en España. Ya hay solicitudes de prórroga de la subvención por parte de asociaciones de transportistas y también suena un cambio en el actual descuento. En declaraciones a Onda Cero, la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, indicaba que «la rebaja indiscriminada era la opción más rápida de aplicar, pero no la más eficaz». Y es que no beneficia al usuario que más las necesita y no contribuye al ahorro de petróleo.
Pero está claro que algo hay que hacer. El 1 de abril, cuando entró en vigor la medida, el litro de gasolina 95 se vendía a una media de 1,81 euros. Dos meses después, se ha elevado hasta rozar los dos euros, de ahí que el efecto de la bonificación ha quedado diluido por el encarecimiento del carburante. La ministra de Transportes, Raquel Sánchez, se mostró a favor de ampliar el plazo de la bonificación si fuera necesario. Parece que lo será.
El precio del petróleo no dará tregua
Tras gastar 1.430 millones de euros en esta subvención al combustible, solamente un petróleo más barato podría destensar la situación. No parece que vaya a suceder a corto plazo, sino más bien al contrario,por tres razones.
- El 31 de mayo se alcanza un acuerdo en la UE para vetar dos tercios del petróleo ruso. Se reduce pues un 66 % la cantidad que le compran anualmente, tras superar el veto de Hungría y otros países. Afecta únicamente al crudo que se importa a Europa por mar.
- La OPEP se niega a elevar la producción.
- China vuelve a abrirse al mundo tras semanas de confinamiento por el rebrote de Covid-19.
Estos tres factores podrían empujar al alza el precio del petróleo. De hecho, se espera que, solamente con la vuelta de China a la normalidad, el precio del barril de Brent se coloque en torno a 120 dólares el barril, cuando este mes ha estado en torno a 115. Es cierto que ese precio tarda, en teoría, en trasladarse al consumidor, pues antes debe refinarse el crudo, pero seguro que lo vemos muy pronto reflejado en los paneles de las gasolineras españolas.
Fuente: Nada es gratis