Desde hace tiempo la DGT, con Pere Navarro a la cabeza, viene señalando a la velocidad como la principal causa de siniestralidad en nuestro país. Están empeñados en reducir las muertes en carretera a base de vigilancia, algo que ha vuelto a relucir en la última Comisión sobre Seguridad Vial del Congreso de los Diputados. Allí se confirmó la llegada de nuevos radares y drones de cara al año 2022, una medida que no viene exenta de polémica.
Forma parte de la Estrategia Española de Seguridad Vial 2021-2030 y va en línea con declaraciones anteriores de la Dirección General de Tráfico. De hecho, este pasado año ya se confirmó la instalación de nuevos radares de tramo. Ahora se confirma que son 26 radares los que se sumarán a la extensa red de nuestras carreteras, concretamente 10 fijos (irán rotando en 20 nuevas cabinas) y 16 de tramo, que quedan dentro de los 40 que se anunciaron inicialmente.
Esto nos deja con un balance de 790 radares fijos y 108 radares de tramo con las nuevas adquisiciones, a sumar a los 545 radares móviles que también son utilizados por las autoridades. En total, más de 1.400 cinemómetros para controlar los excesos de velocidad. Por si fuera poco, también van a aumentar la vigilancia desde el aire sumando más drones a la flota actual. No dan un número exacto, pero actualmente ya hay 39 de ellos disponibles para detectar algunas infracciones como las distracciones (el uso del móvil principalmente) o el uso indebido del cinturón de seguridad.
La DGT tendrá mayor control sobre los conductores, que también han visto como el castigo por algunas infracciones se hacía más severo con la nueva Ley de Tráfico. Se espera que entre en vigor dentro de poco y uno de sus cambios principales es que el uso del teléfono móvil se penará con seis puntos del carnet (en vez de tres) y con una multa de 200 euros. También se agrava el no llevar el cinturón o los sistemas de retención infantil con tres puntos y multa de 200 euros.