El Duesenberg Model X es el modelo más raro de todos los fabricados por Duesenberg. Si no te suena esta marca, no es porque hiciesen mal las cosas, precisamente… sino porque lo hizo hace ya bastante tiempo. Este fabricante de automóviles americano es responsable de algunos de los mejores vehículos de los años 20 y 30 del siglo pasado… de ahí que los coleccionistas se pirren por ellos. Si, además, es tan extraño como este, del que apenas restan 5 de los 13 que se fabricaron, pues mejor.
De un inicio centrado en la competición, ganando varias veces las 500 Millas de Indianápolis e incluso el Gran Premio de Francia de 1921, la compañía cambió el paso y se enfocó en modelos de producción de lujo. Primero llegaría el Model A (de 1921 a 1926) de los que se fabricaron 650 unidades, luego este Model X (13 unidades de 1926 a 1927) y luego 481 unidades de las diferentes variantes del Model J, de 1928 a 1937.
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¿Quiénes compraban vehículos como estos? Pues acaudalados actores como Greta Garbo y Clark Gable, industriales millonarios como Howard Hughes (el de la película El aviador con Leonardo DiCaprio)… y también los grandes capos de la mafia como Al Capone. También llamaron la atención a este lado del Atlántico, donde algunos miembros de la realiza los eligieron antes de Rolls-Royce (desde el duque de Windsor a los reyes Victor Emmanuel III de Italia y Alfonso XIII de España).
La Gran Depresión acabó con Duesenberg en 1937, de ahí que ahora sean tan cotizados y todos los ejemplares sean conocidos en detalle por coleccionistas y entusiastas de la marca. Si alguna vez aparece alguno, es todo un hito… Y si ya es un Duesenberg Model X, el más escaso de todos, todavía más (eso le ocurrió a Jay Leno en 2000).
Además de apenas ser fabricados 13, el Duesenberg Model X llegó en 1926 como la puesta al día del Model A. En el apartado mecánico el motor de 4.260 cc de ocho cilindros en línea ganaba un nuevo cigüeñal, nuevo tren de válvulas, pistones y una admisión revidada. Su potencia alcanzaba los 101 CV (antes 89) y el coche era capaz de alcanzar 160 km/h, una auténtica barbaridad en esa época.
Para soportar las mejores prestaciones se aumentó la longitud del chasis, que al mismo tiempo ganó refuerzos adicionales y los ingenieros decidieron equipar con una nueva suspensión delantera para bajar el centro de gravedad y conseguir un coche con mejor comportamiento.
Como otros muchos fabricantes de automóviles de alta gama de hace un siglo, Duesenberg construyó sobre todo chasis rodantes motorizados. Luego el comprador enviaba su chasis a un carrocero para que le hiciese un «traje» según sus propias especificaciones. Los clientes más ricos tenían incluso carrocerías de verano e invierno, y los cambiaban según la época del año.
Ese es el caso del Duesenberg Model que ilustra este artículo. Su carrocería de doble capucha fue realizada por Locke & Company (no se sabe si en sus instalaciones de Rochester o Nueva York). Su primer dueño era un rico industrial, dueño de una fábrica de papel neoyorquina. Debió quedar tan impresionado con su nuevo vehículo que fue uno de los primeros clientes del Duesenberg Model J.
Tras un par de dueños más, en 1964 fue restaurado cuando pasó a la colección de automóviles de Harrah, donde inmediatamentese convirtió en una de las más preciadas joyas de Bill Harrah, que lo conducía regularmente. Luego pasó por otro par de manos hasta llegar a la colección de Fred Guyton en 1996… que ansiaba desde hacía tiempo que se sumase a ella
Si nos hemos acordado de este coche ahora es debido a que, justo este fin de semana, el 5 de mayo, RM Sothebys ofrece este Duesenberg Model X como parte de la subasta de la colección de Guyton. Su valor estimado oscila entre los 300.000 y 400.000 dólares… Si dispones de esa suma para invertir en una joya como esta, todavía estás a tiempo.
Fuente: RM Sotheby’s
Galería de fotos (por Darin Schnabel, cortesía de RM Sotheby’s):