Este engendro que ves en la foto se llama E-Quickie y es un prototipo de un automóvil eléctrico extremadamente eficiente pues no necesita que se le recarguen las baterías para que funcione, ya que usa la energía que obtiene directamente de las calles.
¿Y cómo se consigue eso? Pues se logra por medio de la inducción eléctrica, similar a esas alfombras sin cables para recargar gadgets (Powermat es una de las más conocidas), pero en movimiento.
Así, a medida que el coche se mueve obtiene la energía de emisores eléctricos en el piso captados con receptores inalámbricos en la parte inferior del coche. El desarrollo fue hecho por 14 estudiantes de la Universidad de Karlsruhe en Alemania como parte de un proyecto para la investigación de la practicidad de la transmisión inalámbrica de energía para mover un vehículo.
Un grupo de estudiantes fue el encargado de preparar la pista de pruebas, que aportada por la empresa SEW, de Bruchsal. Otros dos equipos se dedicaron a investigar cómo el vehículo absorbía la energía y la seguridad del sistema completo.
No solo sorprende la técnica para obtener la energía que mueve al E-Quickie, también la eficiencia en materiales y su construcción; todos los componentes fueron hechos por los estudiantes con la minima carga necesaria en mente. En consecuencia el coche pesa 60 kilos, aunque están seguros que pueden reducir el peso a 40 kilos. El mecanismo de inducción eléctrica representa un aspecto clave para lograrlo: el motor tiene baterías pero muy pequeñas, ya que idealmente la energía viene de emisores en las calles, no es necesario guardarla en baterías por largos periodos de tiempo para impulsarlo.
Los estudiantes diseñaron los componentes del vehículo de forma individualizada, como el volante, el sistema de frenos y el chasis, usando materiales de alta tecnología. Así consiguieron reducir el peso al mínimo y, junto a la aerodinámica, se invirtieron en los dos factores claves para poder diseñar toda la carrocería, para la que los estudiantes usaron la fibra de carbono. Antes de la construcción del coche y del desarrollo de sus componentes, el vehículo fue optimizado por ordenador en un túnel del viento virtual.
El peso reducido permite que, aún con apenas 2 caballos de fuerza, se pueda desplazar a una velocidad de hasta 50 kilómetros por hora… ¡Hasta el infinito!
Via: Automotto
Fotos: