El Plan PIVE (Programa de Incentivos al Vehículo Eficiente) fue la respuesta del Gobierno al desplome de las ventas de coches nuevos en España. Si vemos las cifras de ventas, ha funcionado. Este programa de subvención para la compra de vehículos nuevos a cambio de dar de baja uno de más de diez años de antigüedad ya va por su octava edición y ha sacado de las carreteras vehículos antiguos para sustituirlos por otros más eficientes.
El Plan PIVE 8 se aprobó en mayo de 2015 y con él empezó a prepararse el mercado para caminar solo. Las ayudas generales (hay excepciones, como para las familias numerosas) bajaron de 2.000 a 1.500 euros (la mitad aportada por el Estado, que tributan a Hacienda), si bien contaba con 225 millones de presupuesto. Las ayudas estarían vigentes hasta el 31 de diciembre de 2015… o hasta que se agotasen esos fondos, que se han gastado a un ritmo mucho menor de lo esperado. Por ahora solamente se han gastado 100 millones.
No habrá un incremento de fondos, pero se calcula que los 125 millones de euros restantes durarán al menos (calculando el ritmo de gasto hasta ahora), hasta mediados de 2016. Con esta medida se trata de evitar una ralentización de las ventas, al tiempo que es una jugada política: será el próximo Gobierno elegido tras las elecciones del 20 de diciembre quien decida sobre la continuidad o no de las ayudas.
Esta noticia saltó tras la comparecencia de Begoña Cristeto (secretaria general de Industria), en el III Congreso Europeo del Vehículo Eléctrico, donde también anunciaó la aprobación del Plan MOVEA. Este Plan de Vehículos para Movilidad Alternativa contará tendrá una dotación de 17 millones de euros, y tal y como te contamos, además de los compradores de este tipo de vehículos sino también a los puntos de recarga. Unificará los anteriores plan MOVELE (el programa de incentivos a la compra de vehículos eléctricos) y el PIMA Aire (de incentivo a la compra de vehículos comerciales).
Será en los próximos Consejo de Ministros cuando conozcamos el detalle de estas subvenciones a la compra de un vehículo propulsado por energías alternativas, (bien sean coches eléctricos, de GLP, gas natural comprimido o hidrógeno). La idea es que el pírrico porcentaje de ventas de estos coches en España (de un 0,3% del total) alcancen la cuota de mercado de otros países de nuestro entorno.
Fuente: Europa Press