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Luis Ramos Penabad

El sueño interminable del motor de agua

La idea de construir un coche que funciona con agua es científicamente irrealizable. Viola al menos una ley física (y molesta a algunas otras). Pero es demasiado tentadora para no intentarlo.

Por eso el mes pasado, otro contendiente dio un paso adelante para reclamar el premio inexistente de un coche de accionamiento hidráulico. Esta vez, fue en Pakistán. Hace casi un siglo, en 1916, esta misma afirmación fue hecha por un estadounidense. Y entre medias ha habido muchos otros, todos ellos soñaban con llenar sus coches con el grifo

Gota de agua

El pionero fue el estadounidense Louis Enricht, en 1916, que anunció que había desarrollado un compuesto de bajo coste que se añadía al agua y que podía hacer funcionar un coche. Lo presentó en Long Island y allí los periodistas inspeccionaron el coche, en busca de tanques adicionales. No los encontraron y le dieron un cubo con agua. Enricht añadió un líquido verdoso, y el coche arrancó, mientras un olor a almendras que salía del escape.

A partir de ahí, la locura. Henry Ford lo visitó, y la gente dio millones de dólares para invertir en su obra. Un banquero invirtió 100.000 dólares, con la promesa de un 900.000 dólares más… pero todo era un fraude. Él se jugó la mayor parte del dinero, y luego se supo que utilizaba cianuro con acetileno (para tapar el fuerte olor a almendras del cianuro). El acetileno y el agua pueden alimentar un motor de combustión interna un tiempo, pero corroe y desgasta el motor. Además, es mucho más caro que la gasolina.

Motor de agua tejano de 1935

Enricht terminó condenado por robo a gran escala y pasó siete años en la cárcel. Sin embargo, eso no disuadió a muchos otros del sueño. Los defensores de la idea abogan porque el agua, para que genere hidrógeno mediante electrólisis. Como buen fradude que se precie, hay algo de verdad en ello. El agua contiene hidrógeno, sí, pero el problema es que se necesita más energía para obtener hidrógeno a partir de agua de lo que nunca se obtendrá por la combustión de hidrógeno en un motor, ya que se pierde en forma de calor (en torno a un 50% de eficiencia en el mejor de los casos.

¿Pero a quién le interesan las leyes de la termodinámica? En los años 70, en los tiempos del motor de agua español, un inventor llamado Sam Leslie Leach afirmó haber desarrollado un sistema que utilizaba un catalizador secreto (óxido de manganeso) que le permitía extraer hidrógeno y energía del agua. Hasta lo montó en un en un Plymouth Horizon de 1980. Mucha gente lo creyó, incluso prensa especializada. Así lo contaba Motor Trend en su Análisis económico del hidrógeno en comparación con la gasolina:

«El potencial del hidrógeno ya ha demostrado su rentabilidad sobre la gasolina en un motor de combustión interna. Pero, como los lectores de Motor Trend saben, hay algunos aspectos que deben ser considerados en el esquema general de los combustibles alternativos. Hay un proceso exotérmico donde el hidrógeno es producido a partir de agua desionizada. Como no hay calor producido durante los procesos combinados termoquímicos y fotoquímicos, la liberación de calor en exceso permite la eficiencia del sistema en exceso de 100%. En los datos recogidos por una consultoría con sede en Chicago se mostró una eficiencia del sistema desde un mínimo de 143% hasta un máximo de más del 200%. Es esa característica del proceso la que ha causado el revuelo en las comunidades científicas y académicas».

Plymouth Horizon con motor de agua en 1980

¿Eficiencia de 200%? Como puedes imaginar, es imposible romper la ley básica de la energía, la que aprendes en el colegio: «la energía no se ccrea ni se destruye, sino que se transforma». El resultado, en 1986 los inversores de Leach lo demandaban por fraude (además, se hacía llamar Doctor, y no lo era).

El último charlatán en entrar en la lista ha sido el pakistaní Waqar Ahmad Agha, que parece estar aprovechánodse de un pueblo que necesita desesperadamente energía más barata. Ahmad ha instalado su «kit de agua» en su Suzuki, y dice que recorre 40 kilómetros por litro de agua destilada.

La historia y la física dejan muy claro que esto es imposible. Ojalá fuese cierto, pero la cantidad de orgullo nacional y esperanza que ha generado acabará en decepción. Uno podría pensar que el gobierno de un país  debería ser capaz de discernir la realidad de la ficción, pero parece que no es el caso.

Waqar Ahmad Agha y su Suzuki de agua destilada

Nos esperan un montón de innovaciones en los campos de la producción de energía, pero no veremos coches alimentados con agua. Hemos visto algún ejemplo reciente, como cuando el ejército de Estados Unidos quiere conseguir combustible del mar, pero con un proceso muy ineficiente y caro, que se utilizaría en períodos de guerra o de escasez extrema de combustible.

Fuentes:New York Times, Wikipedia, Los Angeles Times , New Pakistan, RexResearch
Vía: Jalopnik

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