Si hay un hecho que cambió la imagen de la industria automovilística en el último año ese fue el #diéselgate. Fue a finales de 2015 cuando se hizo público que el Grupo Volkkswagen había instalados dispositivos en algunos de sus motores para reducir sus emisiones… únicamente durante los procesos de homologación.
Fue entonces cuando algunos países europeos decidieron realizar inspecciones a los vehículos que habían sido homologados en ellos. En España debían analizarse 30 vehículos y ahora se conocen los resultados de los análisis de 16 de ellos. No se realizaron más… debido a falta de presupuesto.
Ahora, tal y como asegura un informe al que ha tenido acceso El País, se conocen que los 16 modelos superaban las emisiones indicadas por la norma europea cuando se realizaba una prueba de circulación real, como las que se tendrán que realizar en septiembre para nuevas homologaciones (y que hay fabricantes que ya realizan voluntariamente, como PSA).
Los diésel estudiados por España son de las marcas Seat, Ford, Nissan, Volvo y Ssangyong. Todos los modelos fueron homologados en nuestro país para poder circular en Europa. En esas pruebas de circulación real, todos superaron los límites que fija la normativa europea (Euro 5 y Euro 6) con valores de entre 1,8 y 12,6 veces mayores de lo que estipula la legislación para el NOx.
Los casos más llamativos, con las mayores superaciones, se dieron en los coches de Ssangyong (dos vehículos analizados de un mismo modelo) y Nissan (cuatro modelos). Los fabricantes reconocieron al Ministerio «que debido a motivos de seguridad del vehículo y de acuerdo a lo permitido en la reglamentación europea, algunos dispositivos contaminantes son desactivados cuando la temperatura ambiente no se encuentra en unos márgenes concretos».
El Ministerio admite la explicación… pero asegura que «sería deseable una mayor clarificación, por parte de la Comisión Europea, con respecto a las condiciones de uso de dichos dispositivos». Y ojo, a partir de ahora el Gobierno exige a los fabricantes que aclaren las condiciones en las que se produce “la activación y desactivación de los dispositivos de control de las emisiones».
Estos datos se conocen debido a que las ONG Ecodes y Transport and Environment los solicitaron. Según estas asociaciones, los datos ponen de manifiesto «las carencias del actual y fallido sistema de homologación de vehículos […] pues se permite el uso de dispositivos que alteran los resultados sobre las emisiones reales».
Estos fueron los 16 vehículos analizados:
- Seat. Leon 2.0 TDI 125 KW (EU5), Altea 1.6 TDI 77 KW (EU5), Leon FR 2.0 TDI 110 KW (EU5), Leon 1.6 TDI 81 KW (EU6), Ibiza 1.4 TDI 66 KW (EU6).
- Ford. Fiesta 1.5 TDCI 55 KW (EU5), Fiesta 1.6 TDCI 70 KW (EU5), Fiesta 1.5 TDCI 70KW (EU6).
- Nissan. Qashqai 1.5 Diésel (EU5), Juke 1.5 DCI (EU5), Qashqai 1.5 Diésel (EU6) y Juke 1.5 DCI (EU6).
- Ssangyong. Tivoli 1.6 Diésel (EU6). en dos vehículos diferentes.
- Volvo. S60 2.0D 100KW (EU5), XC60 2.0D 110KW (EU6) y V60 2.0D 110KW (EU6).
No solamente España aprobó diésel sucios. En el examen no se detectó el uso de ningún dispostivo fraudulento (y eso que tres de los modelos analizados contaban con él). Presentaron valores de emisiones de NOx durante estos ensayos superiores, entre dos y cuatro veces al de homologación. Y la Comisión había establecido un valor del entorno de cinco veces para un posible Defeat Device (dispositivo de manipulación) por lo que siguiendo ese criterio, no despertaron sospechas.
Vía: El País