Una de las prioridades actuales en la fabricación de vehículos es que consuman lo menos posible, a la vez que sus emisiones se recorten al máximo, sin menoscabo de las prestaciones de cada modelo. Esto sólo puede lograrse con una drástica reducción de peso.
Persiguiendo esta premisa, se están consiguiendo importantes avances con el uso de materiales como la fibra de carbono, el aluminio o el Kevlar, a la fabricación de coches más ligeros, que consumen menos y que sean respetuosos con el medio ambiente.
La fibra de carbono, material de la familia de los poliméricos, es una resina epoxy o poliéster, con un refuerzo de fibras de carbono sobre el 25%. Con este material de elevado precio se consigue gran resistencia y elasticidad, a la vez que se disminuye el peso respecto al acero. Además, tiene un comportamiento eficaz en cambios de temperatura o agentes externos.
El aluminio es un metal usado en la ingeniería mecánica por su aguante a la corrosión y su resistencia mecánica, ya en aleaciones, como el duraluminio. Conduce muy bien la electricidad y se lo puede producir en finas láminas de fácil maleabilidad. Suele entrar a formar parte del chasis en las aletas o el techo o en la totalidad del chasis. Tras el acero, es el material más utilizado.
El Kevlar es una poliamida, sintetizada por la empresa Dupont, que empezó a comercializar en 1972. Existen tres clases de fibras (29, 49 y 149), siendo el más usado el 49, con aplicaciones en industria aeronáutica y de coches de competición. Las fibras forman un material compuesto en resina y se busca que las macromoléculas queden orientadas y bien empaquetadas en la misma dirección.
En la ingeniería aplicada a los coches eléctricos e híbridos enchufables se está investigando para conseguir un material que incremente la carga de sus baterías. Este material tendrá que almacenar electricidad y formaría parte de la carrocería del propio coche.
Se trataría de un compuesto derivado de la fibra de carbono, por su resistencia y ligereza, con capacidad de almacenamiento de electricidad más rápida que los iones de litio, material básico de las baterías actuales.
Apuesta de futuro puede ser también el material textil flexible que recubre el BMW Gina. Se trata de un tejido industrial híbrido, que aísla del agua y es resistente al calor o frío, con una capacidad y resistencia a la dilatación máximas. Otro ejemplo es el EN-V de General Motors, coche futurista para una o dos personas. Estaría fabricado con fibra de carbono, Lexan con tintado personalizado y materiales acrílicos, buscando el aumento de la resistencia y disminuir el peso del coche.
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