El Ferrari 360 Módena es lujurioso por muchas razones: su velocidad y sus proporciones casi perfectas gracias a su motor central. En este último punto es en lo que nos estamos centrando aquí, ya que este 360 Módena en cuestión se ha extendido para acomodar a seis pasajeros tras los asientos delanteros. Puede sonar extraño, y eso es porque lo es, dado que han sido pocos en la historia los que han pensado en transformar un Ferrari en una limusina.
Con 65.000 kilómetros en el odómetro, actualmente figura en el sitio web de compraventa de vehículos australiano CarSales, y el dueño de esta criatura quiere que encuentre un nuevo hogar por 285.000 dólares (242.000 euros, aprox.). No es necesariamente el primero de su tipo, aunque ciertamente está diseñado para pasar un buen rato a bordo. Este coupé de altos vuelos vivió la vida de un deportivo exótico durante nueve años el Reino Unido, antes de ser declarado siniestro en 2012, cuando un hombre de nombre Scott Marshall se hizo con él.
En una entrevista con Street Machine, Marshall describió el uso de una sierra de aire para “cortar al bastardo por la mitad” y convertir a esta rojiza montura italiana en una fiesta rodante de ocho plazas. Como el 360 Módena del que toma la base, la limusina tiene un chasis y una carrocería de aluminio, y las extensiones de ambas partes han seguido el mismo camino. Mientras tanto, el techo extendido, los paneles laterales y las puertas traseras de “ala de gaviota” están hechas de fibra de vidrio en un intento por hacer que el conjunto fuera lo más ligero posible.
La conversión agregó más de 1.220 kilos al peso original, pero el motor V8 de 3.6 litros y 400 CV se ha mantenido íntegro sin modificaciones durante toda la construcción. La contraparte viene en la caja de cambios manual de seis relaciones, reemplazada más tarde para facilitar las maniobras del conductor. En su lugar, como Marshall explicó, el bloque motor queda asociado a una transmisión automática proveniente de un Subaru Legacy GT. Suena sacrílego, pero ¿de verdad quieres estar en la parte de atrás y derramar el champán porque el chófer se emocionó en la primera curva?
Muchos de los entusiastas de Ferrari calificarán a esta máquina como una abominación, y no necesariamente estaríamos en desacuerdo. ¿Por qué alguien querría este coche? Por el dinero, por supuesto. Puedes cobrar las mejores tarifas para una limusina con el sello del cavallino rampante porque, lo más probable, es que no tengas rival en la zona. Es una limusina que suena como un Ferrari porque lo es, y es posible que ya no pueda coger un vértice como antes, pero a quién le importa cuando uno va a una boda, una despedida de soltero o un baile de graduación.
El único detalle que importa es escuchar ese V8 italiano cantando en el fondo de una lista de reproducción de fiesta, aunque tal vez no lo escuches apenas si eres el que va conduciendo. Pensémoslo de esta manera: un Ferrari 360 Módena que iba directamente al desguace, ha recibido una nueva y muy distinta vida, que no por ello peor. Seguramente sea uno de los pocos modelos de Maranelo que, en lugar de arruinarte a final de mes, te de beneficios.
Fuente: CarSales
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