Se trata del modelo con que la marca transalpina va a llevar a cabo su copa monomarca. Es el quinto de la estirpe empleado para tal fin. Actualmente se utiliza en los campeonatos italianos, europeos y norteamericanos que serán acompañados el año que viene por la nueva serie Asia/Pacífico.
En comparación con el Ferrari 458 Italia, el V8 de inyección directa de 4.499 cc se mantiene estrictamente de serie, con una potencia de 570 CV a 9.000 rpm. No obstante, se han realizado modificaciones en las relaciones de transmisión y la calibración del doble embrague de la caja de cambios F1, para garantizar un mayor par motor a bajas revoluciones.
El 458 Challenge también está equipado con un diferencial electrónico E-Diff ya empleado en la versión de calle, siendo la primera vez que los coches de Maranello lo emplean en una versión de competición.
Una de las labores fundamentales, por parte de los ingenieros de Ferrari, ha consistido en reducir el peso del coche, centrándose tanto en el exterior como en el interior, y dirigiéndose, en particular, a la reducción del espesor de los paneles de carrocería y al uso de materiales ligeros, tales como fibra de carbono y Lexan.
El nuevo 458 Challenge también dispone de una suspensión puesta a punto especialmente, con rótulas uniball de acero, muelles más rígidos, amortiguadores específicos, llantas forjadas de 19”con tuerca central, neumáticos slick Pirelli y una altura general rebajada en 50 mm. Además se ha equipado con frenos Brembo, con una nueva generación del más moderno sistema ABS de la marca, que debutó en el Ferrari 599XX.
Asimismo monta el control de tracción F1-Trac, el más sofisticado de su clase. Desarrollado por la firma del Cavallino Rampante, dicho sistema supervisa constantemente los niveles de adherencia para asegurar las mejores prestaciones. Se han desarrollado dos especificaciones distintas, con diferentes modalidades en función de las estrategias o necesidades de la competición. El F1-Trac está completamente integrado con el E-Diff para garantizar la máxima estabilidad y aceleración, tanto en la entrada como en la salida de las curvas.
La calibración del ABS/EBD, del F1-Trac y del E-Diff se selecciona a través del conocido manettino en el volante, aunque es la primera vez que esta solución se adopta en un modelo desarrollado para la Ferrari Challenge. El conductor puede elegir entre tres configuraciones: las posiciónes OFF, 1 y 2. La primera corresponde al control de tracción desactivado, y los dos últimos ajustes corresponden a niveles progresivamente más elevados de intervención del sistema de control, y se seleccionan de acuerdo con las condiciones de adherencia de la pista.
Durante el transcurso de las numerosas sesiones de pruebas llevadas a cabo por lo ingenieros de la marca, se logró batir el mejor tiempo por vuelta de la anterior generación del Challenge, en el circuito de Fiorano, en más de dos segundos, estableciendo un nuevo record de la pista para dicha categoría: 1´ 16.5”.
Junto al Ferrari 458 Challenge se encuentran, en el stand de la marca del Cavallino Rampante, otros dos modelos emblemáticos de la firma, los coches laboratorio FXX y 599XX. Cada uno de ellos con su propia línea de investigación con el mismo nombre y un programa de desarrollo que implica la colaboración entre los técnicos de Ferrari y los pilotos-cliente de la marca. En el centro del stand se encuentra el Ferrari F60, el monoplaza de la Scuderia Ferrari, que participó en la temporada 2009 en el Campeonato del Mundo de Fórmula 1. Igualmente hallamos el Ferrari F430 GTC, propiedad del equipo AF Corse, uno de los coches con los que la marca ganó el título de constructores en la clase GT2 de la Intercontinental Le Mans Cup 2010.
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