Hay marcas de coches que están estrechamente ligadas a un color en particular. En el caso de Honda es el rojo, siendo un tono que le acompaña prácticamente desde los inicios y que ha presente en algunos de sus modelos más característicos. Pero no solo eso, además de estar presente en coches y motocicletas lo hemos podido ver en su logotipo o en su apartado dedicado a la competición. Vamos a remontarnos a los orígenes de esta relación de la marca japonesa con el color.
La primera vez que el rojo llegó a Honda fue en 1952, apenas cuatro años después de su fundación. Por aquel entonces estaban produciendo un motor auxiliar de bicicletas, el mismo que luego utilizó la mítica Honda Type-F Cub. Era del todo llamativo ese motor rojo con el depósito de gasolina en blanco fijados al eje trasero. En 1964 aparece la campaña de marketing «You meet the nicest people on a Honda» con la motocicleta Super Cub como protagonista en su característico color rojo.
Aunque lo cierto es que no fue un camino fácil para Honda mantener el rojo como tono protagonista. En 1963 llegaba el primer turismo de la marca, el Honda S500, y el fundador Soichiro Honda creía que su lanzamiento tenía que ser en este color. Sin embargo, en aquella época en Japón el color rojo quedaba reservado para uso de los vehículos de bomberos (como el blanco para las ambulancias). Tuvieron que luchar para levantar la restricción y poder presentarlo así.
También en esos momentos estaban muy centrados en la competición, concretamente en la Fórmula 1. El Honda RA271 fue el primer monoplaza japonés en competir a nivel mundial y era obligatorio que llevase los colores de su país de origen. Así que se uso el blanco como color principal y el logotipo de Honda utilizó el rojo, similar a la bandera japonesa. Ese fue el punto de inflexión para utilizar ese esquema de colores en sus coches de producción.
De forma paralela, las motos de Honda también estaban compitiendo (y ganando) en varios campeonatos por todo el mundo. Casi todas las motocicletas iban pintadas en color rojo, siendo la más recordada la RC166 con la que Mike Hailwood ganó el título mundial en 1966. En la década de los 70 el color también se expande a la gama de motocicletas de motocross, ligado a las CR y CRF que también tuvieron mucha popularidad.
En estos años también se fue apostando por otros colores, de ahí que el Honda N360 tuviera hasta 13 tonos en su paleta (algo rompedor en 1966) o ese diseño tricolor de las motocicletas en azul, blanco y rojo. Si embargo, ese tono siempre tendrá un cariño especial para los japoneses y en coches siempre lo dejan relacionado a los modelos más deportivos.
No hay que olvidar que el rojo fue el color del primer Honda NSX (bueno, también del actual), que tuvo mucho protagonismo en el mítico Honda S2000 o que aparece actualmente con bastante asiduidad en el Honda Civic Type R. Coincidencia o no, la unidad que probamos del Civic también tenía la carrocería en este color. En definitiva, más de medio siglo de relación entre Honda y el rojo, además de muchas alegrías entre medias.