Llevamos ya unas semanas contando todas las novedades que veremos en el Salón de París. Como siemrpe, será una avalancha en forma de nuevos modelos, prototipos… así qeu hemos decidido echar una mirada atras a la muestra francesa. Allí mismo, en 1974, hace 40 años, se presenntaba uno de esos coches que dejan huella en la historia del automóvil, el Citroën CX
Diseñado por Robert Opron, causó sensación desde un primer momento. Esta berlina de 4,63 metros de longitud destacaba por su comodidad, ergonomía y comportamiento en carretera, además de ser el primer modelo que llegó a montar un propulsor diésel en la marca y contar con suspensión hidroneumática. Los reconocimientos le llegaron bien pronto. En 1975 ya estaban en las vitrinas de la marca los galardones de Coche del Año en Europa, el Premio a la Seguridad y el Award Auto Style, por su estilo innovador.
No era fácil buscar un sustituto al DS, uno de los mejores coches franceses de la historia. Pero el Citroën CX lo consiguió. Para empezar, con una carrocería de igual repercusión, muy llamativa y afilada con un coeficiente aerodinámico de apenas 0,35 Cx. Era tan bajo para la época que fue utilizado para bautizar al nuevo modelo, por su baja resistencia al aire. La trasera, con un diseño cortado al estilo Kamm-Tail y su luneta posterior cóncava remataban el espectacular trabajo de Opron.
Pero también tenía otros retos, no menos importantes. Para empezar, Citroën tenía grandes pérdidas tras su aventura fallida al comprar Maserati (de la que salió el Quattroporte II, sobre un chasis ampliado del Citroën SM). No ayudaban lo elevados costes de desarrollo que supusieron modelos como el citado SM o el sedán con motor tipo Wankel GS Birotor. Y luego sobrevolaba un problema global… la crisis del petróleo de 1973, que hizo que la gente empezase a preocuparse por el coste de utilización de los automóviles.
El Citroën GS pudo con todo. En principio no pensaban montar nuevas mecánicas. Aunque se llegó a trabajar en motores bóxer de cuatro y seis cilindros, acabaron decidiendo evolucionar los motores creados antes de la Segunda Guerra Mundial, para el Traction de 1934. Era el caso del que montaba el CX 2000, un cuatro cilindros en línea atmosférico de 1.985 cc que rendía 102 CV y que alcanzaba los 174 km/h (usada ya en los DS 20 y DS 21). Este era precisamente el que se mostró en París.
La gama mecánica contiuó con el CX 2200, con otro cuatro en línea de 2.175 cc con 112 CV. Se presentó en 1975, justo cuando llegaría también el primer motor diésel fabricado en serie en la historia de Citroën. Era el CX 2200 D y se trataba por un 4 cilindros atmosférico de 2.175 cc. que rendía 66 CV y con el que alcanzaba los 146 km/h. Con esta mecánica eficientes, unido a una cómoda conducción, Citroën conquistó los principales mercados europeos, ofreciendo una alternativa a los vehículos de gasolina.
El Citroën CX heredó del DS la suspensión hidroneumática con altura constante, que le proporcionaba una muy buena estabilidad en carretera; y del SM 1970 la dirección asistida en función de la velocidad con retorno automático en línea recta.
Sus innovaciones ofrecían, también, una mayor facilidad de uso gracias a elementos como el convertidor de par, C-matic, que suprimía el pedal del embrague y liberaba el espacio para una mayor soltura. Además, su diseño interior, pensado para proporcionar más comodidad para el conductor, destacaba por un puesto de conducción futurista, que permitía acceder a todos los mandos sin tener que soltar el volante.
Citroën CX Break
Justo un año más después, en 1976, llegaría la carrocería familiar, el Citroën CX Break. Aumentaba la batalla nada menos que 250 mm, lo que le hacía alcanzar los 3.095 mm, más de tres metros, de distancia entre ejes. La lontigud total del coche era de 4.930 mm
Tenía dos configuraciones posibles, con dos o tres filas de asientos (lo que le hacía llegar a las 8 plazas). Su maletero era enorme, de 1.163 litros con cinco plazas y unos más que decentes 525 litros con ocho plazas. Si se abatían los asientos, llegaba a los 2.172 litros. Además, como contaba con suspensión hidráulica se convertía en un coche muy versátil.
Citroën CX GTI y CX GTI Turbo
Era el año 1977 cuando se presentaba el CX GTI (un año antes que el Golf GTI). Esta versión deportiva contaba con un motor de 128 C con el que alcanzaba 190 km/h de velocidad máxima. Estaba acoplado a una caja de cambios manual de cinco relaciones y se diferenciaba del resto de versiones por sus espectaculares llantas de aleación y un alerón trasero integrado en el portón del maletero.
No fue la única versión de tintes deportivos, ya que, en 1984 llegaría el Citroën CX GTI Turbo en 1984. Tenía un logo en forma de T (de Turbo) en llantas, capó y los montantes del pilar C y en el interior. Rendía 168 CV y una velocidad punta de 220 km/h.
Se hizo muy famoso porla polémica publicidad que utilizó la marca para promocionarlo: En ñel, aparecía la imagen de perfil de la actriz y modelo Grace Jones, con un corte de pelo que recordaba a la silueta del CX y texto escrito: “220 km/h?». Coincidió con la lucha del gobierno francés contra el exceso de velocidad y hacía poco que habían impuesto menores límites de velocidad en autopista y carretera (por la crisis del petróleo de 1973)… así que no fue muy bien recibida.
Citroën CX Fase 2
El Restyling del modelo llegó en 1985 y se le llamó Fase 2. Se le renoce con facilidad, ya que los parachoques cromados se cambiaron por unos de plástico. El interior también fue renovado con un nuevo salpicadero, que perdía aquel cenicero en forma de bola. En 1985, el Citroën CX fue el primer coche francés que equipó el sistema de frenos ABS.
En esta Fase 2 llegó el Citroën CX TRD Turbo 2, que, cuando llegó al mercado en 1987 se convirtió en el coche diésel más rápido del mundo, que alcanzaba una velocidad punta de 195 km/h. Fue uno de los modelos que ayudó a popularizar el uso de los motores turbodiésel.
A pesar de que los parachoques envejecen bien, en el mercado de Citroën CX de segunda mano estén más valorados los de la primera «generacion». Lógicamente, las versiones GTI y GTI Turbo son las más codiciadas, si bien es un modelo que da algo de miedo a los compradores debido a su suspensión hidroneumática. Pero tiene tirçon, ya que para los amantes de la marca, el CX fue el último Citroën de verdad pues fue el último modelo de la firma del doble chevrón desarrollado antes de que Peugeot pasase a controlar la compañía, el 24 de junio de 1974.
El 23 de mayo de 1989 se terminó la producción de la berlina, que se fabricó en Aulnay-sous-Bois (Francia), Arica (Chile) y Vigo (España). Después de 17 años en el mercado cumplió con creces su cometido como digno sustituto del DS (1955-1975). En 1989 Citroën introdujo el XM, un modelo que no tuvo tanto éxito. Entre 1974 y 1991 (fin de la producción del Break), se vendieron 1.042.223 unidades, cerca del casi millón y medio de unidades del DS.
Fuentes: Citroën, Wikipedia
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