Llega un momento en la vida en el que todo lo que hemos hecho antes ya no sirve. En ese instante algo, una palabra, una imagen, una revelación, nos dice claramente que ha llegado la hora del cambio, de la revolución. A Ford le llegó ese momento hace casi 50 años y, por suerte para todos nosotros, de ahí nació uno de los mitos de nuestro tiempo, el Ford Mustang.
Donald Frey era el jefe de producto de Ford a principios de los años 60. Mientras conducía su propio modelo de la casa, nada le hacía suponer que estaba perdiendo el enfrentamiento con los nuevos tiempos. Sin embargo, para un niño, eso era más que evidente. Sentados a la mesa, cenando con toda la familia, uno de los hijos de Frey le dijo eso que necesitaba saber: «papá, tú coche apesta, es aburrido». A partir de ahí, toda la compañía se puso a trabajar en un modelo que revolucionaría el aspecto de Ford.
Fue así como surgió el Ford Mustang, un coche que se convirtió en el símbolo de una nueva América. El momento en el que la industria yankee dejaba de mirarse el ombligo y regodearse en sus propios éxitos para arriesgarse a triunfar. Podría decirse que lo hizo.
Con un tamaño ligeramente más grande que el de los deportivos europeos, pero de líneas más esbeltas, su visión no dejaba a nadie indiferente, a ambos lados del Atlántico. Partía de un concepto muy novedoso para la época: un largo capo que contrastaba enormemente con el corto maletero. La jugada les salió bien.
En medio de una importante campaña de marketing, Ford llegó a recibir unos 22.000 encargos para el primer modelo que se puso en venta, en el año 1964. El respaldo que supuso la devoción del público por el nuevo producto de la casa reafirmó la decisión. A partir de ahí, líneas cada vez más fuertes y motores cada vez más potentes.
El Ford Mustang Fastback del 67 fue uno de los grandes éxitos y, aún hoy en día, sigue siendo el modelo más influyente en el departamento de diseño. Con el lanzamiento del Mustang del 2010, desde Ford se aseguran que los viejos tiempos del aburrimiento no van a volver.
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Fuente | Esquire