Os habíamos comentado hace tiempo como Mazda había plasmado su concepción del diseño en un término: KODO. Y es que para una marca, saber explicar su visión, es fundamental no sólo para que la perciba el trabajador, sino para que la reconozca como ventaja competitiva el cliente.
Por lo tanto, cuando Toyota anuncia como slogan, «Siempre Mejor», es porque esa es la mentalidad de la marca. Y antes de que el lector piense que esto se trata de un publirreportaje, cabe decir que apoyándonos en hechos medibles y demostrables, Toyota es una de las marcas más fiables del mercado.
Tirando por tanto de ese hilo, llegamos hasta el método Kaizen. Estudiado por empresas, y en las mejores escuelas de negocios del mundo, este método se puede traducir por «mejora continua». Un método de gestión y optimización de procesos, que tiene su origen en los primeros años posteriores al fin de la Segunda Guerra Mundial.
Junto al método de producción Just In Time, que se basa en producir únicamente lo que se demanda (método adoptado por empresas como INDITEX), el método Kaizen permite mirar hacia el futuro con innovación útil.
Así, el método Kaizen, pese a tener herramientas con las que controlar y mejorar todos los procesos de gestión de calidad, es como hemos comentado, un recordatorio continuo de la visión de Toyota. Utilizar la tecnología para agilizar la producción y controlar la calidad, pero siempre poniendo la motivación del personal en el centro del proceso.
A partir de darle importancia al factor emocional y al pensamiento creativo, resulta más sencillo pensar de manera analítica como se puede mejorar la producción y por tanto, aumentar las ventas.
En los principios del Kaizen, simplificar al máximo los procesos en la cadena de producción es crucial. A partir de cinco premisas de control que son: Clasificar, Organizar, Limpiar, Mantener y Ser disciplinado; los trabajadores, independientemente de su orden en la jerarquía, evalúan su centro de trabajo. En caso de encontrar una anomalía en estos puntos, será responsabilidad de todos encontrar y aplicar una solución.
Para que todos los trabajadores estén en armonía con la importancia de mejora continua, es necesario que haya un liderazgo que inspire a los trabajadores. Un líder que deje claro que la mejor manera de reaccionar ante un fuerte cambio, es adelantándose a él.
Además, para que la mejora sea significativa y accesible, es mejor dosificar pequeñas mejoras cada día, que una gran mejora en un momento concreto que pueda paralizar la producción. Todo un pensamiento que explica como Toyota sigue haciendo historia.
Fuentes: Universidad Tecnológica de Pereira, Harvard Business Review
Vía: Business Insider