Desde hace unos años, la transformación en el transporte ha mostrado su preferencia por vehículos limpios, entre ellos, la bicicleta. Desde entonces, se han pensado vías en distintas formas y elevaciones como por ejemplo el carril subterráneo que permita evitar accidentes. También se han propuesto proyectos completamente contrarios que consistían en colocar las vías elevadas sobre las vías del ferrocarril o directamente en una carretera creada específicamente para ese fin, como fue el caso del plan propuesto en la ciudad de Copenhague.
Todas las ideas vistas hasta la fecha, incluso las más extravagantes, dejaban de lado una tentadora posibilidad sobre un elemento líquido, agua. Ahora, la empresa Second Shore ha presentado un proyecto para conectar 28 barrios de la ciudad de Chicago mediante un carril para bicis flotante que, además, contará con una cobertura de paneles solares y funcionará con electricidad de esta energía limpia.
La ruta ciclista se llamará RiverRide y será instalada en las ramificaciones del rio Chigago situadas al norte y al sur de la ciudad. De esta forma, el circuito se establecerá paralelamente a algunas de las rutas más frecuentadas y congestionadas de la ciudad por lo que ayudará a disminuir el tráfico en esas zonas. La separación de las vías para bicis y coches asegura también la seguridad de los ciclistas por lo que es un proyecto muy esperado por los amantes de este vehículo biciclo.
La estructura será pre fabricada por secciones de 25 metros de largo por 2-4 metros de ancho, para luego ser colocada sobre el agua. Una vez conectadas se asegurarán con pilas unidas en la orilla del río. Además, estufas soterradas evitarán que el suelo de la estructura se hiele o quede cubierto de nieve, todas ellas calentadas con la energía de los paneles solares que cubrirán el carril.
La empresa encargada de poner en marcha la infraestructura ha propuesto la apertura de la ruta 24 horas al día los 365 días del año. Además, Second Shore ha sugerido que el carril flotante proporcionará nuevos puestos de trabajo relacionados con el ciclismo y aumentará la afluencia de turistas llamados por esta curiosa atracción única en el mundo, por el momento.
Matizamos «por el momento» porque no es la única propuesta que se ha hecho en el mundo para desarrollar un carril bici sobre el agua. En 2014, Londres tanteaba la construcción de un carril flotante por el coste de mil millones de dólares.
De hacerse real y para recuperar la inversión, la ruta iba a cobrar 1,5 libras (1,73 euros al cambio actual) al usuario, el cual evitaría el tráfico diario de la ciudad británica así como posibles accidentes. La idea parece buena aunque aún no se ha desarrollado lo suficiente debido a la falta de fondos. En el caso hipotético de recibir la suficiente financiación, el carril abriría en 2023 dejando imágenes como una carretera llena de bicis bajo el London Eye o el Big Ben, tal y como se observa en la imagen.
Fuente: Second Shore y Thames Deck Way