Nuevas innovaciones en el campo de las baterías. Ante el temor de escasez de litio comunmente usado las baterías actuales, los ingenieros del MIT han desarrollado un nuevo diseño que emplea materiales tan comunes como aluminio, azufre y sal. Esto da como resultado no solamente una batería más barata, sino que es resistente al fuego y permite cargas muy rápidas, lo que puede ser realmente útil par emplear en vehículos eléctricos.
Las baterías de iones de litio han dominado el mercado durante las últimas décadas gracias a su fiabilidad y alta densidad de energía. Sin embargo, el litio resulta cada vez más escaso y caro. Y las celdas pueden ser peligrosas, pues se incendian si se dañan o se usan de manera inadecuada. Se necesitan alternativas más baratas y seguras, sobre todo en estos tiempos de transición hacia las energías renovables y los vehículos eléctricos.
Tras varias pruebas, el equipo del MIT decidió usar aluminio para un electrodo y azufre para el otro, rematado con un electrolito de sal fundida en medio. Además de ser muy comunes, estos ingredientes no son inflamables.
En las pruebas, el equipo demostró que las nuevas celdas de la batería pueden soportar cientos de ciclos de carga y cargarse muy rápidamente. En algunos experimentos, en menos de un minuto. Las celdas costarían apenas una sexta parte una de iones de litio de tamaño similar.
Pueden funcionar a altas temperaturas de hasta 200 °C… pero es que en las pruebas demostraron que se cargan hasta 25 veces más ràpido a 110 º C que a 25 °C. Puedes pensar que entonces sería necesario precalentarla (y gastar energía), pero los científicos aseguran que el ciclo habitual de carga y descarga es suficiente para mantenerla caliente.
El tipo de sal empleada se eligió por su bajo punto de fusión, pero luego descubrieron que previene la formación de dendritas, una especie de membranas metálicas que crecen entre los electrodos y pueden provocar un cortocircuito. Es el gran problema de las baterías actuales.
Según los cálculos de los investigadores, su diseño se adaptaría mejor a una escala de unas pocas docenas de kWh. Quizá escaso para un vehículo, pero fabulosa para una batería que almacene energía en una casa que proviene de fuentes renovables o para almacenar energía barata en estaciones de carga de vehículos eléctricos, aprovechando su carga rápida. Para que eso llegue a buen puerto, la patente se ha otrogado bajo licencia a la empresa Avanti, cofundada por uno de los autores del estudio que describe el diseño. El primer paso: fabricar baterías a escala y realizar pruebas de estrés.
Fuente: MIT
Vía: Nature