La electrificación está siendo la clave de la automoción en la última década. Pero lo cierto es que ya hubo aproximaciones a esta tecnología hace más de un siglo. De hecho, puede que el primer híbrido date de 1900, pues con el comienzo del siglo XX llegó un innovador vehículo que no dejaba a nadie indiferente. Presentado en el Palacio de la Electricidad de la Exposición Universal de París, el Lohner-Porsche Semper Vivus se trataba de un modelo que montó motores eléctricos para revolucionar la escena.
Ferdinand Porsche, fundador de la compañía con su nombre, apenas tenía 24 años de edad en 1900, pero su afán de innovar estaba muy desarrollado. Trabajó conjuntamente con la empresa austríaca, Jacob Lohner & Co., para codiseñar un automóvil que lo cambiaría todo. Dos años antes venían de crear Egger-Lohner C.2 Phaeton, con un motor eléctrico octogonal bastante creativo. Pero nada que ver con la solución introducida por el Lohner-Porsche Semper Vivus, a pesar de tener un desarrollo de apenas diez semanas.
Este coche primigenio, que más bien era la evolución de un carruaje, introducía el motor de cubo de rueda. Al igual que algunos modelos actuales, se integraba una mecánica en el interior de la rueda para ahorrar espacio y conseguir una transmisión de potencia directa. Este sistema, bautizado como Lohner-Porsche, era modular y se podía adaptar a tres tamaños de rueda, con potencias de hasta 12 CV por rueda. En el caso del Lohner-Porsche Semper Vivus montaba dos motores de cubo en las ruedas delanteras, cada uno con 2,5 CV. No era mucho, pero le permitían alcanzar 32 km/h de velocidad máxima.
También montaban baterías de plomo para conseguir autonomías de hasta 50 kilómetros. Incluso dio lugar al «La Toujours Contente» con enfoque de competición al tener cuatro motores de cubo, consiguiendo la tracción total y una potencia de 14 CV. Aunque estos eléctricos cumplían el propósito de reducir la contaminación en las ciudades, ya se empezaron a ver sus carencias. Lo siguiente fue hacer un desarrollo mixto de electricidad y gasolina, lo que hoy en día conocemos como híbrido.
En 1901 salió una versión perfeccionada del Lohner-Porsche Semper Vivus que se llamó «Mixte» y que montaba un motor de gasolina de cuatro cilindros en posición delantera. También equipaba un generador de forma que fuera una fuente de electricidad móvil para los motores de las ruedas. Se hicieron 300 ejemplares con este sistema, triunfando entre el Cuerpo de Bomberos de Viena (40 unidades), pero también para taxis y particulares.
Aunque la tecnología del motor de cubo de rueda caería en el olvido al poco tiempo, se recuperó en la década de los 70. Los rover lunares de la NASA utilizados en las misiones Apolo 15, 16 y 17 empleaban ese tipo de motores.
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