El Maserati MCXtrema es un auténtico superdeportivo tan esxtremos que solamente va a poder ser conducido en circuito. Se presentó en el Monterey Car Week, ese evento donde se citan aficionados al motor bastante pudientes. Un dato importante ya que apenas se fabricarán 62 unidades para todo el mundo, así que su precio será desorbitado. Las entregas comienzan el próximo otoño.
Se basa en el Maserati MC20 y será el sucesor espiritual del MC12 Corsa lanzado en 2006 del que solamente se fabricaron una docena de ejemplares. Respecto del modelo que que parte, su carrocería es bastante más afilada, con un capó largo y bajo, con salidas de aire en forma de tridente) que ganó un splitter de fibra de carbono y apéndices que mejoran el flujo del aire. La marca nos cuenta que los pasos rueda delanteros se inspiraron en el Tipo 61 Birdcage de 1959.
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En el techo y las tras las puertas se observan otras prominentes salidas de aire, que dirigen el aire hacia un mastodóntico alerón trasero. Detrás destaca su difusor o la malla de fibra de carbono que rodea las salidas de escape y los pilotos en forma de tridente.
Como es habitual en modelos de este tipo, el interior del MCXtrema pierde lo superfluo para ahorrar peso (incluso el asiento del copiloto es opcional). El espacio del salpicadero ha cambiado ya que ahora una pantalla de 5 pulgadas va integrada en el propio volante –para ver tiempos por vuelta …, donde no faltan botones o mandos giratorios. Cada propietario puede personalizar a su gusto el vehículo. Desde colores a tapizados, pasando por la posición del volante, pedales o mandos para calibrar dirección y el control de tracción.
El motor del MCXtrema
El Maserati MC Xtrema se mueve gracias al motor V6 3.0 Nettuno biturbo. Gana nuevos turbocompresores para conseguir 540 kW (730 CV) de potencia máxima a 7.500 rpm y 730 Nm de par máximo a partir de 3.000 rpm. Son 110 CV más que el MC20 y la relación potencia-peso se queda en torno a 1,8 kg/CV.
Ese caudal de potencia se entrega al eje trasero mediante una caja de cambios secuencial de seis relaciones que se controla desde unas levas tras el volante. Se gestiona a través de un diferencial autoblocante mecánico de deslizamiento limitado.
Para mantener el coche en pista no falta una suspensión de doble horquilla en las cuatro ruedas, con geometría específica. También amortiguadores, muelles y barras estabilizadoras de competición que se pueden calibrar en función de las necesidades de cada circuito. Es en esos entornos precisamente donde los frenos carbocerámicos se muestran indispensables.
Fuente: Maserati
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