Las empresas buscan proyectos con los que identificarse, que estén impregnados con sus valores. La semana pasada conocíamos de primera mano MINI for the Oceans, en el que la empresa ayuda a Gravity Wave a limpiar de plásticos el Mar Mediterráneo.
MINI se ha marcado el objetivo de retirar un kilo de plástico del mar por cada MINI vendido en España. Ya van 2.000 kg pero la idea es llegar a las 10 toneladas. La colaboración con Gravity Wave, la start-up española, comenzó el 8 de junio, el Día Mundial de los Océanos. Es una empresa joven, nacida después de que Amaia Rodríguez descubriese en un viaje a Asia cómo los residuos plásticos llegaban incluso a las zonas remotas paradisíacas.
Embarcó en el proyecto a su hermano Julen y decidieron centrar su actuación en el Mediterráneo, el mar más contaminado del mundo. Y dentro de los plásticos, en redes y artes de pesca, que suponen casi el 80% del plástico. Ya cuentan con bases en la costa mediterránea española y están presentes en Grecia, Francia e Italia. Pronto arrancan en Egipto para limpiar la desembocadura del río Nilo.
Son miles de pescadores los que ayudan a recoger esas redes y depositarlas en contenedores específicos en cada puerto. Luego, se convierte en mobiliario urbano que se cede a los ayuntamientos.
¿Por qué MINI apoya este proyecto?
Desde la dirección de MINI España explicaban la colaboración con Gravity Wave. Les gustaba la start-up, dirigidas por jóvenes con mucha energía. También, que es un proyecto tangible (se puede medir en cantidad de plástico recuperado) y cercano. El reciclaje de las materias primas rescatadas fue también definitivo.
Esto coincide con la estrategia de sostenibilidad del grupo BMW. Han tomado el control de la cadena de suministro de materiales, para que sean sostenibles desde el piunto ambiental y social. También consideran las emisiones de sus vehículos en todo el ciclo de vida y potencian el uso de materiales secundarios (reciclados). De hecho, han ido aumentando el porcentaje de plásticos (en paragolpes, paneles o moqueta) en tejidos y en aluminio.
En el propio gen de la empresa se encuentra la sostenibilidad. Y es que, si echamos un vistazo a la historia de MINI, vemos que el MINI clásico nació como respuesta a la crisis del petróleo en 1973. Un coche que precisase pocos recursos en su fabricación y pocos a la hora de usarse.
Hoy en día la apuesta va a por la electromovilidad. La marca cuenta en su gama con el Mini Cooper SE desde 2019 y el MINI Countryman PHEV. En 2024 llegará la renovación de gama total, con nuevos modelos electrificados, entre ellos la versión de producción del Aceman concept. El objetivo, que en 2030 los MINI 100% eléctricos sean el 50% de las ventas.