La historia comienza hace poco más de un año cuando la firma alemana nos hizo llegar las primeras informaciones del mismo, a través de la presentación del concepto denominado Opel GTC París, que pudimos ver a principios del mes de octubre de 2010, en el Salón Internacional del Automóvil de Paris.
Posteriormente Opel presenta por primera vez el nuevo Astra GTC en la 64ª edición del Salón Internacional del Automóvil de Frankfurt (del 15 y el 25 de septiembre de 2011) y, claro, todos echábamos en falta la versión OPC de dicho modelo. Bien, pues ya ha llegado tan esperado momento, y la marca con sede en Rüsselsheim va adelantando algunos datos de lo que definen como “el Astra más Potente de la Historia”, que se pondrá a la venta durante el verano del año 2.012.
Este compacto realizado por Opel Performance Center está propulsado por un motor 2.0 litros turbo, dotado de inyección directa de gasolina, capaz de entregar 280 CV de potencia y un par máximo de 400 Nm. Con estos “mimbres” el Astra GTC OPC está en condiciones de alcanzar una velocidad máxima de 250 km/h.
Pero tan importante como lo anterior (mejor que no te “pillen” unos señores muy serios vestidos de verde…) es lo que no es tan evidente a primera vista, pero se “siente” en cuanto nos ponemos a sus mandos. Nos referimos al enorme trabajo realizado de puesta a punto, a nivel dinámico. Para “afinar” la maquinaria nada mejor que utilizar el mejor banco de pruebas que existe: el Nordschleife (el bucle norte del circuito de Nürburgring, en Alemania), donde el equipo de pruebas no ha parado de dar vueltas y más vueltas, siempre bajo la atenta supervisión de Joachim Winkelhock (un veterano piloto alemán, que ha participado en el DTM, BTCC y carreras de resistencia)
Las interminables horas pasadas en el mítico trazado germano han dado sus frutos, gracias el empleo de una suspensión delantera HiperStrut, que permite digerir la gran cantidad de par proporcionada por este motor, así como mejorar el guiado del tren delantero. También se beneficia del sistema de control de chasis FlexRide (suspensión adaptativa, ya vista en otros modelos de la marca), que permite al conductor optar entre dos modos: “Sport” y “OPC”, gracias a la simple presión sobre un botón de la consola.
Por si esto no fuera suficiente, también se le ha dotado de un diferencial autoblocante (tan en boga en los deportivos más radicales de última hornada) en el eje delantero, lo cual le permite mejorar notablemente tanto la estabilidad como el comportamiento en todo tipo de curvas.
Pero si importante es alcanzar una alta velocidad máxima o ser capaz de pasar lo más rápido posible por las curvas, no lo es menos el hecho de poder detener el vehículo en el menor espacio y tiempo posible, así como disponer de una adecuada resistencia en una utilización deportiva. Para ello los ingenieros de Opel no se han complicado lo más mínimo, recurriendo al especialista italiano Brembo para equipar a este modelo.
¿Y qué sería de un deportivo “de campanillas” como éste, sin una carrocería en consonancia? Evidentemente, aparte de la función aerodinámica y de proteger a sus ocupantes cuando se produzca un incidente de esos que nunca debieran suceder, también ha de disponer de unas formas que nos “entren por los ojos”. Para ello se ha recurrido a nuevos paragolpes (delantero y trasero), faldones laterales, un spoiler situado en la parte posterior del techo y dos salidas de escape de forma trapezoidal.
A lo que hay que sumarle un interior específico para esta esperada versión, con asientos de apariencia similar a los “bacquet” de competición, un volante deportivo de cuero achatado en su parte inferior, o una instrumentación diferenciada de la del resto de la gama.
Ahora sólo os queda ir ahorrando y “morderos las uñas” hasta el verano del próximo año, que será cuando las primeras unidades lleguen a los concesionarios. Mientras tanto tendréis que conformaros con la galería de imágenes que os mostramos a continuación.
Galería de imágenes: