Ford presentó hace poco las primeras conclusiones sobre su curioso experimento con el vehículo autónomo. El proyecto, una colaboración conjunta con Domino´s Pizza, tenía como ámbito de actuación la localidad de Ann Arbor, Michigan (EEUU).
Mediante una aplicación desarrollada por la cadena de comida rápida, los usuarios podían pedir una pizza que les llegaría a casa mediante un Ford sin conductor. Es decir, completamente autónomo.
Algo que suscitaba la duda de si al cliente le agradaría la idea de salir de sus casas para interactuar con la pantalla situada en el exterior del vehículo, meter sus datos y así desbloquear el pedido.
Se realizaron numerosos repartos y Jim Farley, vicepresidente ejecutivo de Ford, no podría estar más satisfecho. Según comunicaba a la prensa, lo más relevante del experimento fueron las conclusiones que obtuvieron de las personas a nivel emocional.
Como dato relevante y curioso, Farley apuntaba como la mayoría de las personas le daban las «gracias» al coche tras recoger su pedido. Lo que para él supone la confirmación de que se trata de un proceso todavía muy humano.
Dado que el experimento tuvo lugar en verano, y en relación a lo anteriormente citado, la mayoría de las personas también salían descalzas a recoger su pizza. Algo que reafirma la reacción natural del usuario, pero que para Farley supone un dato importante pues significaría que el vehículo tendría que aparcar en lugares donde no se pusiese en peligro al cliente.
Lo que menos agradó al cliente de todo el proceso, fue el método para abrir la ventana del coche y recoger la pizza. Pues tenían que introducir los cuatro últimos dígitos de la tarjeta de crédito con la que habían realizado el pedido.
Esta actitud confirma que todavía hay recelo a compartir información bancaria mediante sistemas electrónicos. Una alternativa a esto último podría ser introducir los últimos cuatro dígitos del teléfono móvil. Algo que no causó tanta molestia en el cliente.
Este experimento no confirma el interés de Ford en coches autónomos que repartan Pizza, o más bien no sólo eso, sino que repartan todo tipo de productos. Las conclusiones de este experimento servirán a Ford para mejorar la accesibilidad e interacción del humano con el coche.
Cómo debe ser la interfaz exterior para que la entienda cualquier persona y no la rechace, es una cuestión en la que la compañía ha conseguido avanzar. No obstante, siguen habiendo muchos interrogantes que la marca pretende despejar a través justamente de nuevos experimentos.
El próximo dará comienzo a finales de marzo, Ford y Postmates (una empresa similar a Deliveroo o Glovo) llegaron a un acuerdo para sustituir una vez más al repartidor tradicional por un vehículo autónomo de la compañía. El futuro cada vez está más cerca y nos preguntamos ¿cómo de prescindibles somos los humanos?
Vía: MIT Technology Review