El Plymouth Road Runner Superbird tiene un aspecto de avión que no puede con él, debido al alerón superlativo en su trasera. Sin embargo, es un coche que va más allá de esa fachada un poco macarra. Fabricado en 1970, este automovil «alado» de aspecto extravagante fue uno de los coches mas rapidos que circulaban por las carreteras americanas.
Plymouth, la division de automoviles mas economicos de Chrysler, presentó en 1968 el Road Runner, un sencillo cupé de dos puertas. Su claxon emitia el caracteristico bip-bip, en honor al correcaminos, el dibujo animado de la Warner en que se inspiraba. El Road Runner se basaba en el Plymouth Belvedere y montaba el motor V8 de 6,3 litros que rendía 325 CV. Fue aumentando progresivamente la potencia de su motor, hasta que en ese año se presento su versión mas extrema, este Superbird.
Nació por culpa (o gracias) a una regulación de la NASCAR, ya que la normativa de esta competición en 1970 obligaba a los fabricantes a construir una versión de calle de los coches de carreras, uno cada dos distribuidores que tuviesen en Estados Unidos. El resultado fue que Plymouth se vio obligada a fabricar 1.920 Superbirds. La compañía tuvo 2.000 pedidos y se vendieron 1.971 unidades.
La empresa Creative Industries fue responsable de las modificaciones aerodinámicas. Ampliaron el morro unos 457 mm, atornillado sobre la parrilla original del automóvil, y allí colocaron unos faros escamoteables tras unas cubiertas de fibra de vidrio. La luneta posterior original fue sustituida por un cristal liso pero, para ocultar esta modificación, todos los Superbird llevaban un techo de vinilo negro.
Pero lo que más llamaba la atención era el gran alerón, que se elevaba a unos 60 cm sobre el maletero, con la imagen del Correcaminos en los soportes laterales. Sobresalía por encima de la línea del techo para que utilizasen el «aire limpio». Pero no era muy eficaz. Solamente añadía peso y realmente no eran útil hasta que el Superbird alcanzaba los 130-140 km/h. Eso sí, dejaba boquiabierto a cualquiera.
La altura exacta del alerón fue, en teoría, cuidadosamente calculada por los ingenieros de Plymouth. Al menos eso se mantuvo durante décadas. Hasta que hace poco un ingeniero jubilado de Plymouth explicó el gran misterio: con esa altura era posible… abrir y cerrar el maletero sin problemas.
La mayoría de los Superbird estaban equipados con una versión de de 375 CV del motor Super Commando V8 de 7,2 litros con cambio de manual de cuatro velocidades o transmisión automática TorqueFlite. Alcanzaban 225 km/h. Había una versión opcional de 390 CV y los utilizados en carreras montaban el motor Hemi de 7 litros y 425 CV, con el que alcanzaban 306 km/h.
Como solamente se fabricó en 1940, es muy codiciado por los coleccionistas. Por esta unidad que se subasta se espera que se puje con cantidades entre los 100.000 y 125.000 dólares. Era parte de la colección privada de John Staluppi y, si pujas por él en la subasta del 1 de diciembre, no olvides pasarte por coches.com y darnos una vuelta.
Fuente: RM Auctions
Galería de fotos del Plymouth Road Runner Superbird: (Teddy Pieper, cortesía de RM Auctions):