Las sociedades cambian y la cultura americana, también. La primera película de George Lucas, American Graffiti, mostraba las peripecias de un grupo de jóvenes adolescentes estadounidenses, cuyas vidas sociales giran en torno a usar sus coches los días de verano antes de ir a la universidad. Una de las cosas que se reflejan en la película es que la propiedad de un coche era fundamental para la movilidad social. Era algo básico para conseguir el sueño americano.
Ahora los tiempos han cambiado. Tal y como advertíamos hace tiempo, los jóvenes de EE.UU pasan del coche… Pero esa sensación ahora se ve avalada por un estudio publicado por la Asociación Americana de Carreteras Estatales y Oficiales del Departamento de Transporte de los EE.UU. Aunque la población de estadounidense crece y las ventas de automóviles también, el porcentaje de familias sin coches en propiedad aumenta. ¿Ha llegado a su fin la la historia de amor de los estadounidenses con las ganas de tener un coche en propiedad? Veámoslo con datos:
En 1960, más del 20 % de los hogares estadounidenses no tenía coche. En el 2007, ese número había caído hasta el 8,7 %. Los números subieron algo y n 2011, el porcentaje de hogares en Estados Unidos sin un coche se había elevado a 9,3 %. Esto se traduce en que ha disminuido la necesidad y el deseo de tener en propiedad un vehículo.
¿Por qué pasa esto? Algunas de las razones por las que se le achacan este cambio son las siguientes:
- Crisis financiera: También la primera potencia mundial sufre la crisis y la restricción del crédito. Eso está haciendo que muchas personas queden fuera del mercado del automóvil, empezando por los jóvenes. Se venden más coches, pero las familias jóvenes quedan apartadas del mercado debido a que tienen trabajos peor remunerados. De ahí que se hable ya de la plutocracia del mercado automovilístico de EE.UU.
- Aumento de la urbanización: Estados Unidos no es ajeno al proceso de urbanización y hay cada vez más gente que vive en zonas metropolitanas. En esas zonas es común que haya transporte público. Con sus necesidades de movilidad cubiertas, las nuevas generaciones ven un problema en el mantenimiento de sus coches y los gastos añadidos que supone aparcar, repostar gasolina o pagar el seguro de un coche que rara vez se utiliza.
- Trabajar desde casa: Gracias a Internet, hay muchos trabajos que se pueden realizar desde casa. Si no hay necesidad de desplazarse, hay menos necesidad de tener un coche en propiedad.
- Otras opciones de transporte: Además de las opciones de transporte público, muchos habitantes de la ciudad se aprovechan de empresas que brindan servicios para compartir el coche, como Zipcar o RelayRides. Estos ofrecen casi la misma comodidad de tener un coche de la propia de uno, sin la molestia y el gasto diario. Además de estos servicios, la población americana está empezando a habituarse a coger la bicicleta o caminar, por lo que todos estos ingredientes ayudan a disminuir el interés en la expansión de la propiedad de automóviles.
Fuentes: The Car Connection, Mobile Youth