En la última visita del rey Felipe VI a la fábrica de SEAT en Martorell, la compañía quiso sorprender al monarca restaurando para ello su primer coche; un Ibiza 1.5 dorado metalizado de primera generación, que su padre, el rey Juan Carlos I, le regaló con motivo de su 18 cumpleaños.
Isidre López, responsable de Coches Históricos de SEAT, explicó que su equipo ha tenido que llevar a cabo un laborioso trabajo de restauración, ya que cuando recuperaron el vehículo tenía 152.000 kilómetros y llevaba 16 años sin ponerse en marcha. Por lo tanto, una de las tareas más difíciles para el equipo técnico ha sido poner en marcha todo el sistema de alimentación e inyección de gasolina ya que llevaba muchos años sin circular.
Es un coche único que ha sido completamente pintado, tapizado y restaurado y que, además, está hecho a medida ya que, por ejemplo, los asientos tienen una altura especial. Cuando se fabricó a mediados de los años 80, el coche era muy avanzado para esos tiempos, ya que llevaba un motor de inyección y aire acondicionado (dos años antes de que esos elementos se introdujeran en todos los coches).
El monarca se llevó un bonito recuerdo al recordar su juventud y SEAT ha incorporado otra joya a su colección de Dudamos de que el príncipe pudiese hoy entrar siquiera en este aparatejo que, sin duda, debe ser divertido de conducir. Hoy se encuentra en el museo de la Guardia Real en el Pardo, que alberga una jugosa y entretenida exposición de vehículos históricos, como los coches de Franco. No sabemos qué cara pondría si se encontrase con este Seat 600, pero así fue como se produjo el encuentro con su antiguo Ibiza, que hoy está como nuevo:
Fuente: SEAT
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