Cualquier vehículo eléctrico puede recargarse, de manera eficaz, segura y sin enchufes ni cables, simplemente al aparcar encima de una plataforma con transmisor de carga junto a una acera, en un área de descanso, o en un parking. Según los fabricantes de vehículos eléctricos esta tecnología dará un impulso definitivo al esperanzador futuro del sector.
La Transferencia Inductiva de Energía se basa en la resonancia magnética para transferir la energía desde la plataforma de transmisión, ubicada en el suelo, hasta la almohadilla de recepción en el interior del coche eléctrico. Es decir que el vehículo únicamente tiene que aparcar o conducir por encima de la plataforma para recargarse inmediatamente.
La fuente de alimentación toma la energía de la red eléctrica y energiza una bobina en el rango de 5 a 125 Amperios. La bobina es inductiva, lo que significa que puede necesitar la compensación de condensadores en serie o en paralelo para reducir el voltaje y las corrientes en el circuito de suministro.
El impacto de los puntos de carga sobre el entorno es mínimo, ya que simplemente se necesitan almohadillas de carga sobre el pavimento. Por lo tanto se pueden instalar en cualquier calle y aportar la ansiada libertad de movimientos a los vehículos eléctricos, que hasta la fecha requerían caras y pesadas baterías que había que enchufar para su recarga. Los puntos IPT se pueden colocar bajo el cemento, no les afecta el agua, la nieve, el polvo o los golpes.
Por otro lado, según numerosos estudios, el efecto de la resonancia magnética del IPT sobre los usuarios es similar a la que produce un cepillo eléctrico. Para protegerlo contra el vandalismo, el sistema no se puede desmontar sin herramientas específicas. Además, como el sistema es sencillo y no está formado por piezas móviles o contactos, su desgaste es mínimo y la durabilidad larga. Otra ventaja de esta tecnología es que permite que el flujo de energía se invierta y que el vehículo pueda devolver la energía no utilizada a la red.
HaloIPT quiere ir más allá y lograr que la carga dinámica esté en todas partes. Es decir, que los coches eléctricos se puedan cargar mientras están en movimiento, y no sólo cuando se encuentran estacionados. Un ejemplo lo constituyen los autobuses públicos de Génova y Turín, que ya utilizan la Transferencia Inductiva de Energía para poder recorrer las calles.
Os mostramos un vídeo en el que se explica en qué consiste este proceso:
http://www.youtube.com/watch?v=RnePffoZs_k