150 horas de trabajo, 10 piezas nuevas y 12 estudiantes. Esto es lo que ha necesitado el colegio San Patricio de Madrid para convertir un SEAT 600 de gasolina en eléctrico. Aquel coche que motorizó al país y ya tiene ganado el estatus de icono acaba de ser puesto al día de acuerdo con las nuevas tendencias del mercado: es vintage, presenta concesiones a la modernidad y no contamina.
Con el objetivo de motivar a una docena de estudiantes de Tecnología Industrial, el profesor del colegio San Patricio, Manuel Amor, les propuso un reto: transformar en eléctrico un coche histórico. En este caso necesitaban un vehículo pequeño y ligero. “El 600 era perfecto porque al pesar poco se necesita menos batería y un motor más pequeño”, ha dicho el profesor. La verdad es que pocos candidatos mejores se nos podrían haber ocurrido.
Desde que el SEAT 600 hiciese su aterrizaje en España en el lejano 1957, se ha convertido en unos de los coches más emblemáticos y queridos del país. Para muchos, un símbolo de libertad para toda una familia que ahora cuesta entender con la cantidad de coches que existen y sus masivos tamaños (en comparación). Con una septena de modelos a lo largo de sus 16 años de vida, el “Seiscientos” vendió 794.406 unidades. Es para estar orgulloso.
Su adaptación de motor térmico a eléctrico no ha necesitado de muchas piezas, pero sí de imaginación. Los alumnos han tenido que crear todas las piezas de acople del motor desde cero para poder construir el nuevo propulsor. Y lo han hecho mediante la reutilización, la reparación y el reciclaje de numerosas piezas y materiales. “El proyecto es un ejemplo de economía circular”, afirmó Amor.
Lo old school se funde con lo new school en algunos detalles tecnológicos, cortesía de una Generación Z que vive más conectada. Desde ahora, este SEAT 600 contará con una pantalla táctil “flotante” en el centro del salpicadero y control de luces automático, con tecnología LED al frente. “Ha sido muy interesante ver cómo los estudiantes se imaginan el coche del futuro y cómo lo convierten en una realidad”, comenta el profesor.
Pero lo cierto es que, a pesar de ser un modelo bastante simple en su concepción, su desarrollo ha presentado algún que otro obstáculo. Tanto los alumnos como el profesor han tenido que hacer frente a situaciones de presión. “Cuando teníamos que entregar el coche, empezó a salir humo. Pensamos que ya estaba todo perdido. Por suerte, decidimos no tirar la toalla. En ese momento revisamos las conexiones, vimos lo que estaba mal y sustituimos el fusible que se había quemado”.
Fuente: SEAT
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