En 1956 había llegado el momento de que Škoda regresara al automovilismo internacional. Y fue inmediatamente prestigioso, porque el fabricante de Mladá Boleslav competiría en el Rally de Montecarlo por primera vez desde 1949. ¿La máquina elegida? El Škoda Octavia Touring Sport (TS), un coche que, en el curso posterior de la historia, también ayudaría a la firma checa a lograr numerosos éxitos en otros rallies internacionales. Si quieres disfrutar de un entretenido viaje a través del tiempo, continúa leyendo.
Los años 60 fueron una década agitada, especialmente en lado central y oriental de Europa. Aprovechando la cautelosa apertura de Checoslovaquia y su éxito en la competición, Škoda tenía una buena manera de promocionar sus nuevos modelos. Los rallies de larga distancia sirvieron como pruebas de resistencia tanto para el hombre como para la máquina, y los cada vez más potentes y rápidos coches de rally garantizaban carreras emocionantes. En ese entonces, competir en los deportes de motor requería una inversión mínima.
Por ello, muchos equipos modificaban ellos mismos sus vehículos, mientras que otros ya se encargaban de hacerlo desde la propia fábrica, como bien es el caso del Škoda Octavia TS. Se trataba de un coche sencillo, sólido y fiable que demostró ser lo suficientemente potente para situarse a la cabeza de la competición, siguiendo así la tradición de vehículos rápidos y prácticos de Škoda que comenzó a mediados de los años 30 con el Rapid. Porque antes, los coches que corrían en las pistas, eran casi idénticos al que te llevaba al trabajo.
El Octavia original estuvo a la venta de 1959 a 1964. La primera versión del modelo tenía un motor de gasolina de cuatro cilindros y 1.089 cc, que inicialmente producía 40 CV y, después de aumentar la compresión en 1961, finalmente llegó a los 42 CV. Más adelante, el motor se equipó con un nuevo colector de entrada y deflectores en los pistones, modificaciones que mejoraron la entrega de potencia hasta los 50 CV a 5.500 rpm, mientras que el par motor máximo, de 74,5 Nm, se alcanzaba a un régimen de apenas 3.500 rpm.
En el Octavia TS, por otro lado, había dos cilindradas y, por lo tanto, dos variantes de rendimiento al mismo tiempo (de 1960 a 1964): Octavia TS y Octavia TS 1200. La producción de los modernizados Octavia y Felicia comenzó en 1961, y la marca ofrecía ambos modelos en versión “Super”. Para esta variante, el fabricante checo incrementó la cilindrada hasta los 1.221 cc para conseguir 47 CV de potencia. Pero gracias a una mayor ratio de compresión, el Octavia TS 1200 mostrado en enero de 1962 generaba 55 CV a 5.100 rpm y 86,2 Nm a 3.500 rpm.
Entre los clientes privados, el modelo se convirtió en un vehículo de proyecto popular: con las modificaciones técnicas apropiadas y la experiencia suficiente, la potencia del bloque se podía incrementar, prácticamente, hasta los 100 CV. Más de 2.270 unidades del Octavia TS y del Octavia TS 1200 salieron de la línea de producción de Mladá Boleslav durante sus cinco años de vida. Para un automóvil destinado a competir en las carreteras de montaña, venido de la Europa del Este de años 50, eran cifras mucho más que meritorias.
Aunque el Octavia TS 1200 era 20 kilogramos más pesado que el Felicia descapotable –con un peso de 920 kg– , la compañía reivindicó su idéntico rendimiento con el mismo consumo de gasolina. El coche alcanzaba velocidades de hasta 130 km/h y tragaba de media 9,1 l/100 km. Las marchas de la caja de cambios manual de cuatro velocidades estaban sincronizadas de la segunda a la cuarta; para meter primera había que ajustar las revoluciones del motor con la de la transmisión, también conocido como hacer el doble embrague.
Los coches modificados para su uso en rallies contaban con llantas de chapa de 15 pulgadas envueltos en neumáticos Barum, mientras que en aquellos tramos con nieve y hielo usaban gomas con clavos firmados por Michelin. Desde los primeros rallies, el Octavia demostró ser un competidor nato en el grupo de turismos de baja cilindrada. De ello se dieron cuenta no solo los equipos escandinavos, sino también los participantes de Austria, Polonia y Grecia. Su decisión de utilizar el vehículo económico de la República Checa dio sus frutos.
En 1961, la pareja finlandesa formada por Esko Keinänen y Rainer Eklund consiguió el sexto lugar en la clasificación general y la primera plaza en su clase en Mónaco. Un año después, 16 equipos de pilotos de ocho países participaron en el Rally de Montecarlo con el Octavia. Como en el año anterior, Keinänen dominó la clase y ganó delante de cuatro Alfa Romeo. En el Rally de los Mil Lagos, dejó atrás a casi todos los competidores, con la excepción de Pauli Toivonen en el Citroën DS19, aunque logró terminar segundo en la general.
En 1963, el Octavia TS pudo continuar con su exitosa serie. Ganó su clase por tercera vez en Mónaco, esta vez con el dúo noruego Gjölberg y Karlan a bordo. También condujo con gran éxito en Finlandia, puesto que sobre hielo y nieve, Keinänen llevó el vehículo hasta el cuarto lugar en la clasificación general. Además, Josef Vidner y Bohuslav Staněk ocuparon el primer puesto en la clase “hasta 1.300 cc” en el Tour d’Europe, y también fueron capaces de acabar finalmente en una excelente quinta posición dentro de la clasificación global.
El ligero y maniobrable Octavia TS también superó en repetidas ocasiones a la competencia internacional durante los siguientes años. Entre los pilotos checos más famosos del Octavia Touring Sport y el TS 1200, se encuentran los hermanos Jaroslav y Václav Bobek, Jiří Srnský, Vladimír Hubáček, Miroslav Fousek, Zdeněk Mráz y Leopold Lancman, entre otros. Un legado que continuó en la década de los 80 con el 130 RS acompañado del Favorit, siguió en los 90 con el Felicia y el Octavia WRC, y que en este siglo XXI es mantenido por el Fabia.
En 1964, el Octavia fue reemplazado por el 1000 MB/1100 MB. Škoda inició una nueva era en la que sus modelos acogerían el motor en la parte posterior, justo donde uno esperaría encontrar el maletero. El nuevo concepto de propulsión no se utilizaría oficialmente en los rallies durante sus primeras etapas, aunque esto cambiaría en 1971 con el Škoda 120 S y su enérgico motor tetracilíndrico. Siguiendo la premisa de un peso contenido y una potencia de hasta 120 CV, el 120 S podía alcanzar una velocidad punta de hasta 220 km/h.
Fuente: Škoda
Galería de fotos: