Hace una década se completaba un récord que marcaría la historia de Skoda y que a día de hoy sigue vigente. La marca checa estaba celebrando el décimo aniversario de su departamento deportivo vRS y querían que fuera recordado por una acción especial. Consiguieron que un Skoda Octavia vRS alcanzase los 365,45 km/h en el Salar de Bonneville, en Utah, Estados Unidos. Ahora, diez años después han decidido restaurar dicho ejemplar.
Bautizado como Skoda Octavia vRS Bonneville Special se trató de una preparación sobre una unidad que iba a hacer de coche de prensa en Reino Unido. De hecho, el periodista Richard Meaden fue el encargado de ponerse al volante y batir el récord. En 2011 se convirtió en el coche de producción con motor de 2.0 litros más rápido del mundo al registrar los citados 365,45 km/h tras hacer la media de dos pasadas, una a 362,93 km/h y la segunda a 367,97 km/h.
Para lograr semejantes registros fueron necesarias modificaciones importantes. Es cierto que el Skoda Octavia vRS mantenía el motor de gasolina 2.0 TSI que llevaba, pero le aumentaron la potencia por encima de los 500 CV al sustituir el turbo y el intercooler por unos de mayor tamaño, además del sistema de refrigeración y retoques electrónicos. La transmisión llevaba desarrollos más largos, el interior fue vaciado por completo y frenaba desplegando un paracaídas.
El resultado fue que el Skoda Octavia vRS Bonneville Special fue el primer modelo en superar los 350 km/h, manteniéndose como el coche más rápido que hayan hecho y atesorando el récord de su categoría G/PS en el desierto salado una década después. Para celebrar esa gesta han decidido recuperar ese ejemplar y darle una restauración completa para que luzca como el primer día. Se ha mantenido la decoración original con los gráficos plateados, verdes y negros del momento en el que se batió el récord.
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