Tiempo atrás, el fabricante que hoy nos recuerda más a motos tuvo una grandísima presencia en el mundo coches. Triumph fue uno de los fabricantes británicos más importantes hasta su desaparición en 1984. Triumph es y será recordada por los bellos roadsters de los 50, 60 y 70; unos vehículos singulares que renacen hoy gracias al concept Triumph TR25, el renacer eléctrico de la marca Triumph. Eso sí, con permiso de BMW, que es el propietario actual de la marca comercial Triumph Motor Company.
En 2024 se cumplirán 40 años desde que British Leyland decidiese descontinuar la marca en 1984. Hasta entonces todo lo que conocemos son Monster, Scramblers, Daytonas y Tigers. Un legado ligado al mundo de las motos muy potente y de piezas tremendamente reconocibles como la Boneville. Pero volviendo a lo que nos compete, hablemos del TR25, este concepto 100% eléctrico que la casa de diseño británica Makkina ha decidido resucitar para rendir homenaje a Triumph con un prototipo inspirado en el TR2.
El TR25 es un prototipo aprobado por BMW de formato barchetta monoplaza con un aire retro-futurista y que se monta sobre la base del BMW i3S. La carrocería se inspira en el TR2 «Jabbeke» con el que la marca consiguió varios récords de velocidad en 1953. Sobre las especificaciones planteadas hablamos de una combinación de peso de 1.095 kg y un motor de 184 cv (135 kWh). La autonomía por su parte es de 306 km con un pack de baterías de 42,2 kWh de capacidad, todo ello asentado en la base del BMW i3S del que procede el pack de baterías.
Diseño
El diseño del TR25 se destaca por encima de todo. Desde su chasis hasta los paneles de la carrocería, todo está fabricado en fibra de carbono, lo que le brinda una apariencia elegante y moderna. Sin embargo, a pesar de su material avanzado, el vehículo conserva el mismo diseño que su predecesor, buscando resaltar su verdadero enfoque: el placer de conducir en su forma más pura, tal como leemos en la nota de prensa oficial.
En cuanto a los detalles, el TR25 fusiona lo clásico con lo futurista en una simbiosis perfecta. Los faros con nos parecen un par de ojos saltones y los guardabarros redondeados son claros guiños al icónico TR2. Por otro lado, las llantas de aleación de 21 pulgadas de diseño angular, las puertas de tijera y las luces traseras LED mejoradas para una mayor aerodinámica, son toques propios de los vehículos conceptuales más vanguardistas.
En la parte trasera, el contrafuerte expuesto de carbono alberga una cámara de marcha atrás, fusionando la utilidad moderna con la estética limpia. La mosquitera diminuta, aunque discreta, es el único elemento que brinda una concesión a la protección contra las inclemencias del tiempo.
Adentrándonos en la cabina, nos encontramos con un diseño interior de estética minimalista. Predomina el cuero azul y el metal, creando un ambiente refinado y elegante. A pesar de la simplicidad visual, cada detalle se ha diseñado cuidadosamente para amplificar la experiencia de conducción.
El asiento del conductor, aunque fijo, se ha pensado para brindar comodidad a personas de todas las estaturas. Gracias al deslizamiento del volante y los pedales, incluso aquellos con una altura superior al 1,90 pueden encontrar una posición de conducción cómoda y ergonómica. El volante de tres radios, rinde homenaje al legendario Jabbeke TR2 y cuenta con una pequeña pantalla digital ubicada en su parte posterior, brindando información adicional de manera intuitiva.
Además, en la columna central del automóvil, encontramos tres interruptores de palanca que permiten seleccionar los distintos modos de conducción. Estos detalles funcionales y estéticamente atractivos subrayan la atención al detalle y la pasión por la excelencia que caracteriza al TR25 de Triumph.
En definitiva, este vehículo se presenta como un fusión de belleza clásica e innovación vanguardista en un diseño impresionante. SI BMW ha sabido sacar del pozo a marcas como Mini o Rolls Royce que nos impide soñar con un futurible regreso de Triumph. El tiempo dirá.
Aquí la galería al completo: