El Tucker 48 es uno de esos coches que vivirá por siempre como una leyenda americana. Ya no sólo por lo extraordinario y avanzado que era tecnológicamente, sino por la tesón de su creador, Preston Tucker, tras la II Guerra Mundial por luchar contra el poder de las Big 3 (Ford, General Motors y Chrysler)… algo que recuerda vagamente a la historia moderna de Elon Musk y Tesla.
Después de la II Guerra Mundial, todo lo que salía de las líneas de montaje de las factorías de automóviles americanas eran productos que habían sido desarrollados antes de la guerra, como te contamos en la historia del Chevrolet StyleMaster Club Coupe). Con este panorama, Preston Tucker, que tenía mucha experiencia en el sector, vio la oportunidad de fundar su propia marca y ofrecer un automóvil totalmente revolucionario, tanto en su diseño como en la seguridad: el Tucker 48.
Tras reunir, no sin esfuerzos, el capital para su proyecto y alquilar una antigua fábrica, logró sumar para su causa al diseñador Alex Tremulis que había trabajado para Cord o Duesenberg. Él debía crear los trazos del coche que debía dejar atrás a toda la competencia. Preston Tucker señaló que debía contar con un bloque de aluminio refrigerado por agua y alimentado por un sistema de inyección. Debía contar con frenos de disco en las cuatro ruedas, suspensión independiente en ambos ejes.
El primer boceto, sin embargo, fue obra de George Lawson y apareció en un artículo de la revista Science Illustrated de 1946, con el título de “Torpedo sobre ruedas”. Alex Tremulis terminó el diseño de los prototipos y arrancó la producción con tan solo seis días para terminar el diseño final. El 31 de diciembre de 1946 Preston Tucker aprobó el diseño preliminar y cambió su nombre de Tucker Torpedo por el de Tucker 48, para evitar recordar la guerra.
Entonces comenzó la promoción. En numerosos periódicos apareció en 1947 un anuncio a doble página con el slogan: “15 años de pruebas para el coche del año». Tucker había dicho que había estado pensando tres lustros en el coche y describía las especificaciones y sus innovadoras propuestas.. si bien muchas nunca llegaron a la versión final. Pero este anuncio creó una ola de entusiasmo por el coche. ¿Quién no quería un tercer faro central, el «ojo de ciclope», que giraba al girar la dirección? Por cierto, en algunos estados estaban prohibidos automóviles con más de dos faros, y Tucker lo resolvió con una cubierta que ellos mismos fabricaban.
Pero más allá del detalle del tercer faro a lo Tatra T87 era un detalle menor. Contaba con un gigantesco motor boxer de seis cilindros y 9,65 litros de cilindrada, con innovaciones como las cámaras de combustión hemisféricas, el sistema de inyección de gasolina o las válvulas en cabeza accionadas en vez de por un árbol de levas… Este motor fue construido tan solo para el prototipo, pero su desarrollo dio tantos problemas que hubo que abandonarlo (entre ellos, que no tenía transmisión convencional… y no contaba con marcha atrás). Se pasó entonces a un motor también de seis cilindros bóxer pero de origen Franklin, creado para helicópteros. Se sustituyó la refrigeración por aire por una refrigeración líquida mucho más eficiente. Esta mecánica tenía 5,5 litros de cilindrada y rendía 166 CV, lo que le daba buenas prestaciones, a pesar de las grandes dimensiones y gran peso. El sistema de transmisión correría a cargo de una caja de cambios automática llamada Tuckermatic.
Por fuera, el Tucker no tenía nada que ver en absoluto con otros coches de antes de la guerra, aunque conservaba detalles como las defensas cromadas. Medía 180 cm de alto, pero contaba con un habitáculo muy amplio. El diseño era increíblemente aerodinámico para su tiempo, con un coeficiente de tan solo 0,27 Cx, a la altura de las mejores berlinas actuales.
Lo mejor eran los grandes avances en seguridad para la época, como el parabrisas de seguridad, el tablero de mandos acolchado o todos los mandos agrupados en el volante. Algunas innovaciones previstas se quedaron por el camino, como los frenos de disco o las llantas de magnesio, bien por falta de tiempo o… por su alto coste.
El Tucker 48 coche se presentó el 19 de junio 1947, con más de 3.000 personas presentes en la fábrica de Tucker en Chicago. No sin problemas, ya que la noche anterior, los brazos de la suspensión independiente habían cedido por el gran peso… y lo resolvieron justo a tiempo. El coche también perdió líquido refrigerante de camino a la plataforma elevada en forma de vapor (sólo los expertos lo advirtieron)… y además, el Tucker 48 hacía tanto ruido (con aquel primer motor problemático del prototipo) que Tucker ordenó a la banda de música que tocase lo más alto posible.
Las críticas de la prensa fueron duras… y caló en la opinión pública, a pesar de que lo que se había presentado era solamente el primer prototipo, fabricado a toda prisa. El segundo golpe fue más duro: sus ofertas para la hacerse con dos fábricas de acero para conseguir materia prima para sus coches fueron rechazadas. Pero aún sufriría un duro revés, que acabaría con su sueño. La Comisión de Bolsa y Valores de EE.UU. y el Fiscal de los Estados Unidos acusaron de prácticas irregulares a varios ejecutivos de la compañía. El motivo fue una de las ideas más innovadoras de Tucker para financiarse, el programa de venta de accesorios. Este programa consistía en la venta de accesorios antes de que el coche estuviera en producción. A cambio, los compradores que comprasen los accesorios, entraban a la lista de espera del Tucker 48.
A pesar de todos los cargos fueron finalmente retirados, la publicidad negativa destruyó la compañía y se detuvo la producción del coche. Tucker intentó contrarrestar toda esta mala prensa con varios test de resistencia en el circuito de Indianápolis… Una unidad se estrelló a gran velocidad mientras iba conducido por el mecánico Offut Eddie… que salió casi ileso del accidente. La seguridad del coche estaba fuera de duda.
Sin embargo, todo esfuerzo de Preston Tucker por reflotar el proyecto, fracasó. Denunció en artículos las trabas legales, políticas y «conspiraciones» contra su nuevo coche, pero poco a poco los inversores le abandonaron y se quedó sin fábrica. En total se fabricaron 51 unidades, contando el prototipo inicial, de las cuales se conservan en la actualidad 47 (se conoce el propietario de cada uno de ellos, como puedes ver en Wikipedia).
Fue una verdadera pena que Tucker Car Corporation no tuvieseoportunidad de brillar. La investigación (muy cuestionable) de la SEC dejaron a Tucker en quiebra y casi en la cárcel. A pesar de todo esto, se las arregló para construir 50 de sus coches de ensueño y dejar su muesca en la historia de la automoción, legando una hoja de ruta para avanzar en la seguridad del automóvil. De hecho, sus innovaciones fueron adoptadas por todos los fabricantes.
En 1988, la películaTucker, un hombre y su sueño, de Francis Ford Coppola repasó la historia de este optimista industrial que tras su caída dijo: «Hasta Henry Ford fracasó a la primera». Intentó una nueva aventura automovilística en Brasil, donde pensaba crear un deportivo, el Carioca, pero su prematura muerte en 1956 acabó con sus sueños.
Su hoy nos hemos acordado del Tucker 48 es porque la unidad cuyas fotos ves ilustrando este artículo se subasta en Monterey el 15 de agosto de 2014. Asegúrate de llevar dinero si quieres que ocupe tu garaje: Los coches de Preston Tucker superan el millón de dólares sin pestañear. Por esta unidad esperaban alcanzar entre 1.400.000 y 1.800.000 dólares. Al final, se vendió por 1.567.500. Preston Tucker estaría orgulloso.
Fuentes: RM Auctions, Wikipedia
Fotos: Patrick Ernzen, cortesía de RM Auctions
[NOTA: Artículo actualizado con el precio definitivo alcanzado en la puja]